El kéfir, una bebida fermentada de origen milenario en la región del Cáucaso, se ha ganado un lugar importante en la nutrición moderna por sus amplios beneficios para la salud. Este probiótico natural se elabora a partir de gránulos que combinan bacterias y levaduras, y puede producirse con leche o agua, dependiendo de las preferencias y necesidades alimenticias de cada persona.
Un aliado para la salud intestinal
El principal valor del kéfir radica en su alto contenido de microorganismos vivos —más de 30 cepas— que ayudan a equilibrar la flora intestinal. Consumirlo regularmente mejora la digestión, favorece la absorción de nutrientes y alivia problemas como hinchazón, gases o estreñimiento. También es ideal tras tratamientos con antibióticos, ya que ayuda a restablecer la microbiota intestinal.
Refuerza el sistema inmunológico y los huesos
Gracias a su contenido en biotina, folato y cepas como Lactobacillus kefiri, el kéfir fortalece el sistema inmunológico al combatir bacterias dañinas. Además, el kéfir de leche es rico en calcio, vitamina K2 y compuestos bioactivos esenciales para la salud ósea, contribuyendo a prevenir enfermedades como la osteoporosis.
Otros beneficios comprobados
Estudios han mostrado que el kéfir puede tener propiedades anticancerígenas, reducir el colesterol, ayudar a controlar la presión arterial y mejorar síntomas de alergias y asma. También es beneficioso para la piel, ya que un intestino sano se refleja en la salud cutánea.
Apto para intolerantes a la lactosa
A diferencia de otros productos lácteos, el kéfir es bien tolerado por personas con intolerancia a la lactosa, ya que sus microorganismos descomponen casi por completo este azúcar durante la fermentación.
¿Cómo tomarlo?
Se recomienda empezar con una taza diaria. Puede beberse solo o mezclado con frutas y miel, e incluso usarse como ingrediente en diversas recetas. El kéfir de leche es ideal si consumes lácteos, mientras que el de agua es perfecto para veganos o personas con alergias alimentarias.
En resumen, el kéfir es un superalimento fácil de integrar en la dieta diaria, con beneficios comprobados para la salud intestinal, el sistema inmune y mucho más. Como siempre, es recomendable consultar con un profesional de la salud antes de incorporarlo regularmente.