El secador de pelo es un básico de belleza, pero muchas personas no saben aprovechar todas sus funciones. Uno de los botones más ignorados es el de aire frío, que en realidad puede marcar la diferencia en la duración y el acabado del peinado.
El aire caliente es útil para moldear el cabello, ya que flexibiliza la fibra capilar y facilita alaciar, crear ondas o dar volumen. Es ideal para cabellos gruesos o rizados, pero su uso excesivo puede dañar el pelo, volverlo quebradizo y opaco. Por eso, es importante usar protectores térmicos y evitar temperaturas muy altas, especialmente si el cabello está teñido o frágil.
Por su parte, el aire frío ayuda a sellar la cutícula, fijar el peinado y dar brillo. Se recomienda usarlo al final del peinado para conservar la forma lograda y evitar el frizz. También protege el color y previene daños por calor prolongado.
La mejor estrategia es combinar ambos: comienza con aire caliente para moldear y termina con aire frío para sellar y fijar. Así, lograrás un peinado duradero y saludable.