La inteligencia artificial (IA) está transformando la forma en que se crean los videojuegos, pero su creciente presencia genera preocupación entre desarrolladores y artistas.

Un estudio de la startup estadounidense Totally Human Media reveló que casi el 20% de los títulos disponibles este año en la plataforma Steam utilizaron IA generativa durante su desarrollo, lo que equivale a miles de juegos, incluyendo éxitos como Call of Duty: Black Ops 6 e Inzoi.

Aunque los jugadores rara vez notan su uso, la IA ya se aplica en tareas como doblaje, diseño de personajes, ilustraciones y programación, explicó Mike Cook, diseñador de videojuegos y profesor en el King’s College de Londres.
Según el experto, esta tecnología está más presente de lo que se cree, aunque todavía de forma limitada.

El rápido avance de herramientas capaces de crear modelos 3D y recursos digitales a partir de simples indicaciones de texto ha reducido drásticamente los tiempos y costos de producción.

“Antes, crear un modelo 3D podía tomar dos semanas y costar mil dólares; ahora se hace en un minuto por apenas dos”, aseguró Ethan Hu, fundador de Meshy.ai, una startup que ya suma más de cinco millones de usuarios.

Las grandes compañías también apuestan por la IA: Electronic Arts se ha aliado con Stability AI, mientras que Microsoft, fabricante de Xbox, desarrolla su propio modelo, Muse.
Las razones son claras: según datos de Newzoo, la industria del videojuego podría alcanzar 190 mil millones de dólares en ingresos durante 2025, y la IA promete aumentar la productividad y reducir costos.

Sin embargo, este progreso también despierta temor entre los trabajadores del sector, que ya ha sufrido oleadas de despidos en los últimos años.
Algunos desarrolladores advierten que, aunque las herramientas agilizan tareas, podrían derivar en la pérdida de empleos creativos.
Además, muchos señalan que los resultados generados por IA aún son poco precisos y requieren correcciones extensas.

Por ello, las grandes empresas del sector, como Ubisoft, EA, Microsoft y Quantic Dream, han optado por no hacer públicos sus avances en IA, pese a su evidente adopción.

Aun así, crece la percepción de que no usar estas herramientas podría dejar fuera de competencia a los estudios más pequeños. “Tendremos que decidir si las usaremos en nuestro próximo juego, aunque esté en contra de la idea”, confesó el director de un estudio francés.

Los jugadores, por su parte, también han mostrado su descontento ante el uso no revelado de IA.
El caso más reciente fue el del título The Alters, criticado por incluir texto generado por inteligencia artificial.
Aunque el estudio aclaró que se trataba de contenido provisional, el incidente reabrió el debate sobre la importancia del trabajo humano y la transparencia en el desarrollo de videojuegos.

Entre innovación y controversia, la IA redefine el futuro del gaming, pero deja una pregunta abierta: ¿mejorará la creatividad o terminará reemplazándola?