Las medidas del gobierno de Estados Unidos para frenar el monopolio de Google podrían terminar afectando seriamente a uno de sus pocos competidores independientes: Mozilla Firefox. Irónicamente, la lucha legal contra el dominio de Google en el mercado de las búsquedas online amenaza con debilitar —o incluso hacer desaparecer— al navegador Firefox, desarrollado por la Fundación Mozilla.

Desde 2023, el Departamento de Justicia estadounidense mantiene una demanda contra Google por prácticas anticompetitivas, como pagar a fabricantes y desarrolladores para ser el buscador predeterminado en dispositivos y navegadores. En agosto de 2024, un tribunal falló en contra de Google, proponiendo, entre otras medidas, la prohibición de estos acuerdos. Aunque la intención es reducir el control de Google, una de las víctimas colaterales podría ser Mozilla, cuyo 85% de ingresos proviene precisamente de un contrato con Google para que su buscador sea el predeterminado en Firefox.

La posible pérdida de este acuerdo pondría a Mozilla en una situación financiera crítica. Según su director financiero, Eric Muhlheim, esto obligaría a hacer recortes importantes, especialmente en el equipo de desarrollo de Firefox, iniciando un ciclo de deterioro en el producto, pérdida de usuarios y aún menos ingresos.

Cambiar de socio comercial no es una solución fácil. Mozilla ya probó sin éxito usar Bing y Yahoo como buscadores predeterminados, lo que redujo ingresos y afectó la experiencia de los usuarios. Además, su modelo centrado en la privacidad limita otras vías de financiación, como la publicidad basada en datos.

El impacto va más allá del futuro de un navegador. Firefox es el único de los grandes navegadores que no depende de Google, Apple o Microsoft, y su desaparición significaría una menor diversidad tecnológica en la web. Esto podría dejar el desarrollo de Internet en manos de un pequeño grupo de grandes corporaciones, debilitando la competencia y la innovación.