Europa apuesta fuerte por el futuro del combate aéreo con el desarrollo del Tempest, un avión de sexta generación que promete ir más allá del F-35 en autonomía, capacidad de carga y tecnología integrada. Impulsado por Reino Unido, Italia y Japón dentro del programa conjunto Global Combat Air Programme (GCAP), el Tempest no solo busca ser más potente, sino cambiar por completo la forma de operar en el campo de batalla.
Este nuevo caza se diseña bajo dos principios clave: gran autonomía —capaz de cruzar el Atlántico sin repostar— y una carga útil muy superior a la del F-35, permitiendo llevar más armamento, sensores y sistemas electrónicos sin perder su perfil de sigilo. Además, integrará un ecosistema digital avanzado mediante tecnologías como ISANKE e ICS, que permitirán coordinarse en tiempo real con drones y otros activos, brindando al piloto mayor control y conciencia situacional.
El proyecto también incorpora sistemas de propulsión desarrollados por Rolls-Royce, capaces de generar la energía necesaria para operar sensores avanzados y posibles armas láser. Su estructura modular permitirá actualizarlo con facilidad, y su construcción se apoya en técnicas digitales, automatización y simulación con gemelos digitales. Incluso se están reutilizando componentes de antiguos aviones Tornado, en un intento por reducir costos y apostar por materiales más ligeros y sostenibles.
Con más de 2,500 personas trabajando ya en el Reino Unido, el Tempest avanza desde la idea hacia una realidad tecnológica. Si cumple sus promesas, podría redefinir el poder aéreo y marcar el inicio de una nueva era en la defensa global.