Un hallazgo fósil en Ahníkov, al norte de Bohemia (República Checa), ha cambiado la visión sobre el origen de las tortugas del género Manouria, hasta ahora consideradas exclusivamente asiáticas.
Paleontólogos europeos han identificado una nueva especie, Manouria morla, que no solo es el ejemplar más antiguo conocido de este linaje, sino que también sugiere un posible origen europeo hace más de 17 millones de años.
El fósil, encontrado en el yacimiento Ahníkov I, una antigua zona pantanosa de la cuenca de Most, permitió reconstruir gran parte del caparazón y del plastrón, lo que fue suficiente para describir la especie.
Con un tamaño aproximado de 50 cm de caparazón, M. morla es considerada de tamaño mediano a grande para el registro fósil europeo.

El nombre de la especie rinde homenaje a Morla, la tortuga sabia de La historia interminable de Michael Ende, reflejando su condición de antiguo habitante de un ecosistema tropical húmedo que entonces dominaba la región, con ríos, lagunas y bosques siempreverdes.
El descubrimiento también aporta información sobre el clima y la biodiversidad del Mioceno temprano (Burdigaliense) en Europa Central, hace entre 20 y 17 millones de años.
Ahníkov I ha revelado restos de cocodrilos, salamandras, serpientes, lagartos, mamíferos y peces, indicando que la región era un paisaje tropical húmedo, distinto al clima templado actual.
M. morla desafía la idea de que el género Manouria se originó en Asia. Sus características anatómicas, como la morfología del plastrón y la multiplicación de escudos inguinales, la diferencian de especies actuales y fósiles asiáticos, y respaldan su estatus como nueva especie. Los fósiles fueron digitalizados en 3D para su estudio y preservación.
Los investigadores, liderados por Milan Chroust (Instituto de Paleobiología, Polonia) y Àngel H. Luján (Institut Català de Paleontologia, España), destacan que este hallazgo sugiere que los ancestros de las tortugas asiáticas actuales podrían haberse originado en Europa y habrían migrado hacia el este tras el Óptimo Climático del Mioceno Medio.
El descubrimiento de Manouria morla no solo amplía el mapa evolutivo del género varios miles de kilómetros hacia el oeste, sino que también cuestiona la utilización de tortugas fósiles como indicadores de climas secos.
Esta “anciana” del pasado se convierte en testigo de un mundo perdido, recordando que muchas especies todavía podrían estar escondidas en los estratos fósiles europeos.
