A pesar de no contar con manuales astronómicos modernos y de que solo cuatro de sus códices han sobrevivido al paso del tiempo, la civilización maya logró predecir eclipses solares y lunares con una exactitud sorprendente.
Una reciente revisión del Códice de Dresde, un manuscrito del siglo XII que combina tablas astronómicas, calendarios y rituales, muestra que los astrónomos mayas perfeccionaban sus cálculos generación tras generación, basándose únicamente en la observación de los ciclos lunares.
“La tabla de los eclipses del Códice de Dresde era parte de una larga tradición en la que los expertos estaban generación tras generación incorporando ajustes para mejorarla”, explicó Justin Lowry, arqueólogo de la Universidad Estatal de Nueva York.
El estudio, publicado en Science Advances, indica que los mayas no solo anticipaban los eclipses visibles desde su territorio, sino también los que ocurrían en otras partes del mundo, hecho confirmado al comparar sus registros con datos de la NASA.

Los investigadores explican que este conocimiento estaba ligado al Tzolk’in, un calendario de 260 días usado por los mayas para determinar el destino de las personas.
“Los adivinos mayas descubrieron que 405 lunas nuevas casi siempre equivalían exactamente a 46 de estos ciclos”, detalló John Justeson, coautor del estudio.
El Códice de Dresde se confirma así como un testimonio de la avanzada comprensión científica de los mayas, quienes, sin instrumentos modernos, lograron registrar y predecir con notable exactitud los movimientos del cosmos.
