En los altos valles de los Andes argentinos, a más de 3.000 metros de altura, paleontólogos argentinos han hallado un esqueleto casi completo y muy bien conservado de un dinosaurio que vivió hace unos 230 millones de años.
El ejemplar, descubierto en la quebrada de Santo Domingo, provincia de La Rioja, pertenece a una nueva especie llamada Huayracursor jaguensis, según publica la revista Nature.
Este dinosaurio representa un eslabón evolutivo entre los pequeños bípedos de cuello corto y los enormes saurópodos del Jurásico.
Medía aproximadamente dos metros de largo y pesaba unos 18 kilogramos, con un cuello más largo que el de la mayoría de sus contemporáneos, aunque aún no tan extremo como el de sus descendientes gigantes.
Su anatomía sugiere que la tendencia hacia el gigantismo y el alargamiento del cuello comenzó mucho antes de lo que se pensaba.
Huesos fósiles de Huayracursor jaguensis. Créditos: Cortesía del equipo de investigación.
El hallazgo permite comprender mejor cómo los primeros dinosaurios herbívoros se adaptaron a cambios ambientales y ecológicos.
Huayracursor vivió durante el llamado “episodio pluvial Carniano”, un periodo de lluvias intensas y transformaciones que favoreció la expansión de los dinosaurios.
Junto al fósil se encontraron restos de otros animales del Triásico, como cinodontos, rincocefalios y aetosaúridos, lo que refleja un ecosistema diverso donde los dinosaurios aún no eran dominantes.
El estudio, liderado por investigadores del CONICET y del Centro Regional de Investigaciones Científicas de La Rioja, demuestra que la evolución temprana de los sauropodomorfos fue más variada de lo que se creía.
Huayracursor combina rasgos primitivos y modernos: mantiene postura bípeda y agilidad, pero sus vértebras muestran adaptaciones hacia una dieta herbívora especializada y la capacidad de alcanzar recursos vegetales más altos.
Este descubrimiento resalta la importancia de explorar nuevas regiones fósiles. Hasta ahora, las investigaciones se habían concentrado en áreas como Ischigualasto o el sur de Brasil, lo que limitaba la visión sobre la distribución de los primeros dinosaurios.
Huayracursor jaguensis confirma que aún quedan secretos por descubrir sobre los orígenes y evolución de estas fascinantes criaturas.