Investigadores han descubierto por primera vez restos de manos y pies que pueden atribuirse con seguridad a Paranthropus boisei, la especie de homínido identificada por la arqueóloga británica Mary Leakey en 1959 en el yacimiento de Olduvai, Tanzania.
Aunque Leakey ya había hallado el cráneo OH 5 junto a artefactos de piedra, hasta ahora no se contaba con huesos de la mano que permitieran confirmar su anatomía y habilidades manuales.
El nuevo estudio, publicado en Nature, describe el conjunto fósil KNM-ER 101000, que incluye manos y pies asociados directamente con dientes y fragmentos craneales característicos de P. boisei.
Según Carrie Mongle, investigadora de la Universidad de Stony Brook, la mano muestra una combinación de agarres de precisión, similares a los humanos, y fuerza comparable a la de los gorilas, lo que sugiere que podía manipular objetos y procesar alimentos.
El análisis de los pies indica que P. boisei era completamente bípedo, mientras que la fuerza de las manos coincide con adaptaciones para obtener y procesar alimentos vegetales duros, aunque también podrían haber servido para trepar.
Estos hallazgos respaldan la idea de que P. boisei pudo haber fabricado y usado herramientas en cierta medida, además de ofrecer nuevas pistas sobre la evolución de las manos y la capacidad de los homínidos para interactuar con su entorno.
Los investigadores destacan que estas características muestran estrategias dietéticas divergentes entre Paranthropus y Homo, permitiendo que ambas especies coexistieran en los mismos espacios geográficos como especialistas ecológicos y generalistas, respectivamente.
