La cara oculta de la Luna es notablemente más fría que la que siempre vemos desde la Tierra, según un análisis publicado en Nature Geoscience.
El estudio se basa en las rocas y tierras recogidas por la misión china Chang’e 6 en 2023, en un cráter gigante del hemisferio oculto.
Investigadores de University College London y la Universidad de Pekín determinaron que los fragmentos tienen unos 2.800 millones de años.
Imágenes de la cara visible (izquierda) y oculta (derecha) de la Luna desde la misión Clementine de la NASA. / NASA
El análisis químico indica que la lava de la que provienen se solidificó a unos 1.100 °C, alrededor de 100 °C más fría que la de la cara visible estudiada por las misiones Apolo.
La cara oculta de la Luna tiene una corteza más gruesa, un terreno más montañoso, más cráteres y menos zonas de basalto oscuro.
Los científicos señalan que la menor concentración de elementos radiactivos, como uranio, torio y potasio, que generan calor al descomponerse, podría explicar esta diferencia térmica.
Entre las posibles causas de esta asimetría se consideran un gran impacto que desplazó materiales hacia la cara visible, la formación de la Luna a partir de la fusión de dos cuerpos distintos o incluso la influencia de la gravedad terrestre, que mantiene más caliente el hemisferio cercano a nosotros.
El estudio se realizó sobre 300 gramos de muestras lunares, usando técnicas avanzadas como sondas de electrones y espectrometría de masas de iones secundarios, comparando los resultados con simulaciones por ordenador y observaciones satelitales. Esto permitió confirmar diferencias térmicas de entre 70 y 100 °C entre ambos hemisferios.
Aunque no se puede determinar la temperatura actual del manto lunar, los hallazgos sugieren que esta desigualdad térmica ha persistido durante miles de millones de años, ofreciendo nuevas pistas sobre la historia geológica y el origen de nuestro satélite natural.