Un estudio internacional presentado en la conferencia de la Asociación Europea de Geoquímica en Praga advierte que el derretimiento acelerado de glaciares, impulsado por el cambio climático, podría provocar erupciones volcánicas más frecuentes y explosivas.
La investigación se centró en seis volcanes del sur de Chile, incluyendo el inactivo Mocho-Choshuenco, y reveló cómo el retroceso glaciar puede influir directamente en la actividad volcánica.
Los científicos utilizaron técnicas como la datación por argón y el análisis de cristales en rocas volcánicas para estudiar la relación entre el avance y retroceso de la capa de hielo patagónica y las erupciones en los Andes.
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Descubrieron que durante la última glaciación (entre 26.000 y 18.000 años atrás), el peso de una densa capa de hielo limitó la cantidad de magma que llegaba a la superficie, acumulando grandes volúmenes bajo tierra.
Sin embargo, cuando esa capa de hielo se derritió al final de la glaciación, la pérdida de presión permitió que los gases del magma se expandieran y desencadenaran erupciones extremadamente violentas.
El estudio sugiere que esta misma dinámica podría repetirse en regiones glaciares como la Antártida, donde cientos de volcanes cubiertos por hielo podrían activarse a medida que avanza el deshielo.
Aunque este tipo de relación entre glaciares y volcanes ya se había documentado en Islandia desde la década de 1970, esta es una de las primeras investigaciones que analiza con detalle sistemas volcánicos continentales.
Los investigadores advierten que esta situación no es exclusiva de los Andes o de Islandia. Regiones como América del Norte, Nueva Zelanda y Rusia también podrían enfrentar riesgos similares, por lo que recomiendan mantener una vigilancia activa sobre estos sistemas volcánicos.
Además de los riesgos geológicos, las erupciones volcánicas vinculadas al deshielo podrían tener efectos en el clima global. A corto plazo, las partículas que liberan pueden enfriar el planeta, como ocurrió tras la erupción del monte Pinatubo en 1991.
Sin embargo, si las erupciones son frecuentes, la acumulación de gases de efecto invernadero podría intensificar el calentamiento global, creando un ciclo perjudicial en el que el deshielo provoca erupciones y estas, a su vez, aumentan el deshielo.