Un estudio innovador realizado por científicos de la Universidad de Oxford revela que la Tierra primitiva tenía más hidrógeno del que se creía, lo que cuestiona la teoría tradicional sobre el origen del agua en nuestro planeta.
Publicada en la revista Icarus, la investigación analizó una condrita de enstatita —una roca espacial de 4.600 millones de años— utilizando avanzadas técnicas de espectroscopía en un acelerador de partículas.
Los científicos encontraron que el meteorito LAR 12252, hallado en la Antártida, contenía sulfuro de hidrógeno en concentraciones "diez veces mayores a las esperadas".
"Esto sugiere que la Tierra podría haber estado hidratada desde su formación", explicó Tom Barrett, autor principal del estudio.
Este hallazgo apoya la teoría de que el agua terrestre es nativa, es decir, "producto de los materiales originales que formaron el planeta", y no solo resultado del bombardeo de asteroides.
Aunque algunos expertos, como Matt Genge del Imperial College, mantienen dudas debido a una posible contaminación terrestre, los autores aseguran haber tomado "precauciones extremas".
James Bryson, coautor del estudio, afirmó que solo el 15% del hidrógeno detectado podría ser de origen terrestre.
Esta investigación abre nuevas perspectivas sobre la evolución temprana de la Tierra.
"Ahora creemos que el material que formó nuestro planeta contenía mucho más hidrógeno del que pensábamos", señaló Bryson.
Los próximos estudios buscarán analizar más meteoritos para determinar con mayor precisión qué porcentaje del agua terrestre provino de fuentes externas.
Aunque el descubrimiento no implica que la vida surgiera antes, sí cambia nuestra comprensión sobre los ingredientes originales que hicieron posible el planeta azul que conocemos hoy.
"El agua en la Tierra parece ser un resultado natural de su formación, no un golpe de suerte cósmico", señaló Barrett.