Un análisis reciente de un fósil de hace 100 millones de años permitió confirmar que los monotremas —grupo de mamíferos representado por el ornitorrinco y las equidnas— tuvieron antepasados adaptados a la vida en el agua.
Este descubrimiento ayuda a explicar algunas de sus características únicas y revela una etapa poco conocida en la evolución de los mamíferos.
El hallazgo se basa en el análisis detallado de un fósil de Kryoryctes cadburyi, una especie extinta de mamífero que vivió hace unos 100 millones de años, durante el periodo Cretácico.
El fósil, específicamente un húmero (hueso del brazo), fue encontrado en 1993 en Australia y recientemente estudiado mediante tomografía 3D por un equipo dirigido por la paleontóloga Suzanne Hand, de la Universidad de Nueva Gales del Sur.
La estructura del hueso mostró características clave de animales adaptados al agua: paredes óseas muy gruesas y una cavidad interna pequeña, similares a las que hoy tiene el ornitorrinco, lo que sugiere que Kryoryctes era un nadador.
Esta evidencia confirma que el estilo de vida semiacuático de los monotremas se remonta a sus orígenes, resolviendo así un debate de larga data sobre el pasado de estos animales.
Aunque las equidnas modernas viven en tierra firme, siempre han presentado rasgos anatómicos inusuales, como patas traseras orientadas hacia atrás, que ahora se entiende podrían ser herencias de un ancestro acuático.
Según la investigadora Laura Wilson, de la Universidad Nacional Australiana, estas estructuras óseas pesadas indican que las equidnas evolucionaron a partir de especies nadadoras y adaptaron sus cuerpos para excavar.
Este caso de evolución —de un entorno acuático a uno terrestre— es poco común y contrario al proceso más conocido en otros mamíferos, como delfines y ballenas, que pasaron del suelo al agua.
Esta transición inversa ayuda también a explicar otros rasgos únicos de los monotremas, como su forma de amamantar, que no utiliza pezones, sino poros en la piel.
El doctor Guillermo Rougier, especialista en evolución mamífera, destacó que los monotremas son "fósiles vivientes", ya que conservan muchas características primitivas de los primeros mamíferos que coexistieron con los dinosaurios.
Además, afirmó que sin estudiar a estos animales sería muy difícil comprender cómo surgieron aspectos fundamentales en los mamíferos, como el pelo o la lactancia.
El fósil de Kryoryctes, actualmente conservado en el Museo Victoria de Melbourne, es el único de su tipo conocido hasta ahora.
Su estudio continúa, con la esperanza de descubrir más secretos sobre el origen y la evolución de los mamíferos más antiguos y misteriosos del planeta.
(Imagen Ilustrativa Infobae)