Por todos los antecedentes históricos del proyecto, es de entender que se trata de un paso muy importante en lo que tiene que ver con la prestación de tan trascendente servicio a los usuarios, porque entra ya en un espacio que tiene que ver con la modernidad, la seguridad y la comodidad, algo que ya exige un importante sector de la población en la entidad.

¿Qué hay resistencias?, extraño sería que no fuera así. Finalmente y en lo que se refiere a Morelos, las concesiones ya sea de taxis o de colectivos se han venido concentrando en unas cuantas manos, se trata de grupos monopólicos que al paso de los años se transformaron en lo que en su oportunidad se debía combatir, una falta de competencia que ha terminado en un pésimo servicio.

Cuando a mediados de la década de los ochentas Lauro Ortega Martínez, siendo gobernador, impulsó el sistema de rutas, a fin de combatir lo que conocíamos como “pulpo camionero”, viejas unidades que representaban un riesgo permanente a los pasajeros y que además pertenecían a un acaudalado político guerrerense, lo hizo precisamente para acabar con una mafia que no permitía avances y mejoras.

Sin embargo, hemos regresado a lo mismo. Son unos cuantos personajes los que usufructúan los beneficios del traslado de personas, pero sin la más mínima preocupación –en la mayoría de los casos- por ofrecer calidad, atención y seguridad en las unidades.

Todavía podríamos decir que en lo referente a los colectivos, como que hay menos problemas, pero en lo que tiene que ver con el servicio de taxis hay un desorden mayúsculo porque las autoridades de la Secretaría de Movilidad y Transporte (SMT) vienen permitiendo la incursión de autos “piratas”, que sin la autorización ni permisos para tal efecto laboran libremente y son un riesgo, en muchas ocasiones sirven a intereses malsanos. Es decir están coludidos con la delincuencia y se usan para secuestro, robo y toda clase de delitos.

Por eso se antoja importante la incursión de Uber, porque se trata de una oferta bastante diferente, los métodos de contrato representan en principio una garantía en la seguridad del usuario, no se requiere de la portación de dinero en efectivo, porque es vía tarjeta, y además hay alternativas. Si usted desea una unidad de excelencia se la mandan, deberá pagar el costo, claro; pero si necesita un servicio económico, también lo hay.

Insistimos, se requiere ya obligar a los permisionarios tradicionales a hacer un mejor esfuerzo en la materia, está visto que no están dispuestos a ello. Uber pudiera ser el factor que los empujaría a ser más competitivos y eso significa que deberán modernizar sus unidades, profesionalizar al personal, particularmente los conductores e ir aplicando tecnología como lo hace esta empresa.

Es una firma mundial, surgió en la Unión Americana, pero ya está presente en buena parte de los países del orbe. El que aceptara venir a Morelos es ya una ventaja, porque debe tener oportunidad en plazas mucho más rentables, así que hay que darles la bienvenida.

La queja insistente de los permisionarios es que esa actividad no deja muchas ganancias y que viven al día, que las refacciones e insumos cuestan más cada día, que por eso no pueden comprar automotores de modelos recientes. Sin embargo, la absoluta mayoría de esos líderes poseen flotillas de unidades, tanto en el rubro de taxis como de rutas, su nivel económico es evidentemente bueno, cuentan con autos particulares nada despreciables y viven en casas que tampoco cualquier mundano puede obtener.

Sí deja dinero la prestación del servicio, de otra manera ya lo hubieran abandonado, pero no quieren sacrificar nada. Corren el riesgo de acabar con la gallina de los huevos de oro, si se les comienzan a meter empresarios con más compromiso y vocación, por eso las reacciones, le tienen miedo a la competencia, ¿no le parece?

A decir de algunos concesionarios, cerca del 60% de las unidades, ya sea sin itinerario fijo o rutas, son obsoletas, no cumplen con las normas y reglas previstas en la ley, una de ellas que deben ser modelos no mayores a los diez años de uso, pero hay microbuses que fácilmente tienen 20 años.

Claro, aquí es también la autoridad competente la que les está permitiendo circular con esas chatarras, no creemos que sea gratis, es casi seguro que ello les deja una lana a los funcionarios de la SMT, el asunto es que es a nosotros a los que se nos pone en peligro.

Por eso, como usuarios lo vemos de otra manera, la oferta se mejora y a eso tenemos que llegar, para poder romper un círculo vicioso en el que estamos atrapados desde hace ya algunos años. Insistimos, eso de que cualquier persona pueda disfrazar su automóvil y ofrecer el servicio público del transporte se presta a sospecha, o hay complicidades con las instituciones competentes en la materia o simplemente se adolece de capacidad para meter control y como sea es urgente combatir esas irregularidades.

Si Uber viene a representar una diferencia en calidad, seguridad y comodidad, hay que aplaudirle, igual y los demás se ponen las pilas.  Claro, tampoco se trata de llevar a la quiebra al resto de quienes se dedican a dicha actividad, son oportunidades de empleo, así sea sin prestaciones, porque no las dan, no obstante tiene que haber mayor esfuerzo y entrega.

Reiteramos, es claro que si lo desean serán competentes, igual y tienen que sacrificar algún porcentaje de sus ganancias, pero al final la rentabilidad será la esperada, tienen además algunas ventajas, ya conocen el mercado y el territorio, bueno hasta a sus usuarios, sólo es cuestión de voluntad. Pero ante la ausencia de competencia, optaron por llevársela tranquila, tenían perfecto control del mercado, pero es momento de evolucionar hacia otra etapa y mejores niveles.