Conscientes de que no les queda nada, algunos responsables directos de las derrotas quieren buscar refugio como última instancia, en el Comité Directivo Estatal. Bueno, el colmo de ello es que el aspirante perdedor por la gubernatura del estado y aún senador Adrián Rivera Pérez dice que quiere ser el presidente del partido, cuando fue el factor fundamental de la debacle, porque antes de que Acción Nacional eligiera al aspirante a la primera magistratura, quedaba claro que con él solo se adelantarían a lo que pasó.
Levantar el cadáver que dejaron aquellos que hicieron del instituto un instrumento para designar espacios electorales al gusto, necesitará de una auténtica hazaña y entonces deberán pensar en alguien con decisión, aplomo y capacidad para darle un nuevo rumbo a ese proyecto partidista que atraviesa por su más crítica etapa en los tiempos modernos.
Pero hablar de Adrián es sinónimo de Castañón, que ha protagonizado la fase más desafortunada de que se tenga memoria y por lo tanto esa no es la salida si realmente se quiere pensar en la recuperación progresiva.
Sin embargo, los que aún siguen dentro aunque el presidente renunciara, van a oponer resistencia al máximo, ya que no cuentan con más refugio para sortear el vendaval que viene y que amenaza con tempestad.
Y ya desde otras trincheras están levantando la mano, uno de ellos, Javier López Sánchez. El hombre podrá ser cuestionado de muchas maneras, sin embargo, nadie podría negar que es un personaje de mano dura y de estrategia, así que por ahí puede venir la jugada, finalmente la “sagrada familia” parece haber entrado en etapa de extinción.
Sin embargo, desde la corriente del neopanismo vemos algunos movimientos que muestran la posibilidad de que también quieren participar por la contienda interna en busca de la dirigencia estatal, particularmente tenemos señales que vienen del grupo del ex aspirante a la gubernatura y ex titular de Finanzas y Planeación, Alejandro Villarreal Gasca.
Es curioso, pero en medio de un escenario por demás negro para los azules, ahora ya no son dos, sino tres las corrientes que se identifican en esa trinchera, la que los llevó a tocar casi el fondo con Castañón, Rivera Pérez, Liborio Román, por citar algunos; la que se conformó a partir del proyecto electoral en torno a la presidencia municipal de Cuernavaca con Marcos Manuel Suarez Gerard, que contó como coordinador de campaña a López Sánchez y aquellos que desde el neo panismo siguen considerándose parte de dichas estructuras.
No está fácil la jugada, pero en una de esas quien pudiera aproximarse más es el ex coordinador de asesores y comunicación política en el primer trienio de Marco Adame Castillo, de todos modos, se van a dar un buen agarrón. Ya lo veremos.
¿Y EN EL PRI?
Pero en la otra trinchera, igualmente afectada por traiciones internas y trabajos de simulación en el proceso electoral, el Partido Revolucionario Institucional (PRI), también está reclamando ya una reestructuración, aquí entrarán en una lucha tan fuerte como la que se dio con la elección de candidatos, aún aquellos que jugaron a los contras en el caso de su candidato a la gubernatura, tratarán de quedarse con el CDE.
Y precisamente pareciera ser una jugada que es parte de los compromisos y acuerdos de esos personajes con el proyecto ganador de la gubernatura, intentar quedarse al frente del instituto político para dosificarlo y nulificarlo, como ocurrió con Maricela Sánchez durante la administración de Sergio Estrada Cajigal.
Morelos a nivel nacional fue el granito negro del arroz. Finalmente el priismo logró grandes avances; es más, ha sido el ganador de la justa, porque retuvo Yucatán y ganó Chiapas y Jalisco que son territorios electoralmente importantes.
Aquí volvieron a enfrentarse los grupos y acabaron entregando la parcela, aunque algunos perdiendo van a ganar, ya que serán beneficiados de alguna manera por la siguiente administración.
Sin embargo, es claro que se encaminan en el mismo sentido que el PAN, a cambios profundos que primero pasarán por conflictos y enfrentamientos de mayor desgaste, pero hay quienes consideran que es mejor tocar piso en este momento y reintentar la recuperación en tres años más, durante la elección intermedia del 2015.
Aún con una elección bastante apretada, todavía hasta el 2006, los panistas conservaron la primera fuerza y por ende, contaban con la mayor cantidad de prerrogativas para su financiamiento. Seguía el PRD que se situó en segundo sitio y hasta el fondo apareció el tricolor que no tenía ni para mantenimiento de su edificio, donde muchos empleados cobraban de milagro.
Pero en el 2009, surgieron de las cenizas y lograron victorias incluso por encima de las actuales del PRD, porque se llevaron todas las diputaciones federales y 14 locales, los amarillos perdieron una federal y cinco locales, pero en ese sentido, se colocaron como primera fuerza y dispusieron de más de un millón de pesos mensuales, sin embargo, toca el turno del perredismo y serán los nuevos ricos en el CDE. Son cosas de la política: lo que hoy es mañana no. El comportamiento del electorado es inconsistente y anda en búsqueda permanente de opciones de gobierno y representación.