Sí, la coincidencia de muchos va en ese sentido, que atenidos a la buena marcha que traía su abanderado a la presidencia de la república Enrique Peña Nieto, dieron por descontado que el voto caería en cascada y festejaban por adelantado lo que no se dio, pero independientemente de eso, está muy claro que la sociedad sólo esperó, como en elecciones anteriores, pacientemente el momento de desquitarse de malas acciones y excesos en el ejercicio del poder público por parte de quienes siguen comportándose como dueños y amos cuando se les da la oportunidad de servir.
Esta elección, para el caso muy específico de Morelos, no podía ser más ideal para el Partido de la Revolución Democrática (PRD), por un lado, la ciudadanía venía hastiada de los altos índices de inseguridad y del rumbo que tomó la nación y por ende nuestra entidad a consecuencia del florecimiento de la delincuencia organizada.
Por más insistencia oficial en el sentido de que se libra una batalla contra el crimen, el pueblo lo que sigue viendo es que su seguridad personal, su familia y los suyos en general, enfrentan un entorno nunca imaginado hace sólo unos cuantos años, es decir, a partir de tal escenario, el elector hacía mucho que había condenado al PAN y a su gobierno y lo regresaría a los niveles de un muy lejano pasado.
Pero por el lado del tricolor, tampoco las cosas se habían manejado bien, venían de haber ganado hace tres años, tan apabulladoramente como lo hizo el PRD en este momento; igual que los amarillos, en el 2009 consiguieron casi todas las diputaciones locales, las federales y 15 presidencias municipales.
En lo que se refiere a la fracción parlamentaria en el recinto legislativo local, conocemos la historia, una serie de acciones de vergüenza que fundamentalmente fueron atribuidas a la irresponsabilidad de los legisladores del PRI, porque simplemente eran la mayoría en el Congreso y les tocaba dirigir la orquesta.
Pero se la llevaron la mayor parte de esos cerca de tres años con frivolidades y acciones de corrupción, que a través de los medios de comunicación, eran conocidas por el grueso de la población en todos los rincones de la entidad. Bueno, todavía esperan llevarse de prestaciones y gratificaciones cerca de 800 mil pesos cada uno ¿cree usted qué es justo?, evidentemente que no, sin embargo, pareciera que en su calidad de “representantes populares” les importaba muy poco.
En muchas ocasiones, aún en espacios que tampoco son de gran significancia como una simple diputación local, los seres humanos sin mucha formación profesional se pierden y cometen barbaridades, eso pasó en esta legislatura que aún no concluye, porque entrega el primero de septiembre.
Pero pasemos ahora a los ayuntamientos, la mayoría los gobernaron los priistas, sí por lo menos los de más relevancia, como Cuernavaca, Temixco, Xochitepec, Cuautla, Jojutla. El sentimiento colectivo es que igual se fueron recio sobre el presupuesto y los negocios, acabaron sometiendo a mayor rezago esas comunas y entonces la decisión fue no refrendarle en mucho la confianza a priistas y panistas. El PRD recibió en bandeja este enojo y lo transformó en sendas victorias que, insistimos, tienen mucha lógica por todos los antecedentes antes descritos.
A ello sólo hay que sumarle los efectos que en esta parte central del país generó el movimiento el movimiento #Yo soy 132 y entonces las cosas se dieron, eso es todo, no hay mucho más que andarle buscando a esto, la enseñanza está clara, de ahora en adelante, quienes no sepan valorar esa confianza social y se pierdan en las mieles que ofrece el ejercicio público o la representación popular acabarán sepultados.
¿Y en el caso de Cuernavaca?, curiosamente es la capital del estado la que opta por mantenerse en manos del PRI a pesar de tantas cosas, ello igualmente se atribuye a la figura del ya presidente municipal electo Jorge Morales Barud, que estimamos, era un excelente cuadro.
Y mire que tampoco traía tanto apoyo, entre sus más cercanos colaboradores aparecen Antonio Sánchez, coordinador de campaña; Luis Rodríguez, coordinador del área de comunicación social y Rafael Rivera Ruiz, pero más con el corazón y la fuerza, pudo remontar una serie de adversidades y convertirse desde este momento en el líder moral de lo que queda del PRI, porque será la figura más alta de gobierno que represente a este instituto político en Morelos, enlace del presidente de la república en turno, Enrique Peña Nieto en lo sucesivo.
Lo lamentable, que el PAN no lograra ganar una sola diputación de mayoría siendo el partido en el poder, dos ayuntamientos, es decir al nivel del Partido Social Demócrata que también ganó dos, aunque el mismo tricolor sólo logró cuatro distritos locales, volviendo a los niveles en los que cayó después de las elecciones del 2000, sólo que hoy pudieron conseguir su mayor objetivo: regresar a la Presidencia de la República.