De entrada, en tanto la Comisión Nacional de Garantías y Vigilancia del CEN perredista, que tiene menos de una semana a partir del pasado ocho de los corrientes para responder, no lo haga en el nivel esperado, todos los procesos realizados por el Consejo están en veremos.
Esto no es un juego. El asunto es realmente serio, porque tampoco se trata únicamente de algo en particular; van emboletados todos aquellos aspirantes a quienes ya se les entregó alguna candidatura; porque partimos de la fundada sospecha de que esa comisión no tiene facultades para elegir y entonces todos sus actos resultan nulos e ilegales.
Es decir, a finales de la semana entrante deberán estar ya en manos del Tribunal Federal Electoral los elementos y pruebas solicitadas a fin de que se dé la sentencia. Pero todo nos lleva a considerar que si la denuncia interpuesta por Blanca Estela Mojica, de la dirigencia estatal del PRD, prosperó, es porque tiene sustento y será bastante difícil para quienes cometieron todo tipo de irregularidades en el nombramiento de los consejeros revertir la tendencia de anulación.
Bueno, al interior de algunas corrientes de ese instituto político en la entidad ya se habla de que efectivamente los candidatos ya designados podrían ser "bajados del caballo", y mire que andaban desbocados; esas son buenas noticias para Juan Salgado Brito o Rabindranath Salazar Solorio. De ese nivel es el golpe al perredismo.
Pero tampoco pueden quejarse por lo que viene aconteciendo. Muchos de quienes nos dedicamos a la tarea de informar fuimos testigos de cómo los grupos dominantes en el perredismo prácticamente secuestraron a la dirigencia estatal, comenzando con que Juan Ángel Flores Bustamante, quien estaba al frente del organismo en esos momentos, sirve a los intereses de los que mandan y no de la base, porque fueron ellos quienes lo colocaron en la presidencia.
La elección de consejeros, según esas denuncias presentadas ante el Tribunal, fue amañada, orientada a beneficiar a alguien en especial, se cometieron todo tipo de tropelías y ello le dio sustento a esa alta tribuna para exigir justificar las quejas o reponer el proceso. Ello simplemente indica que no tendrían candidato oficial hasta que cumplan cabalmente con sus propias reglas.
Porque a final de cuentas el TEPJF lo único que hace es concederle la razón a algún quejoso del propio partido que considere que sus derechos electorales fueron pisoteados, ello conforme a los propios estatutos y reglas impuestas por el PRD.
Pero qué se podía esperar de un juego muy perverso diseñado desde la misma dirigencia nacional, de parte de los desacreditados dirigentes nacionales, los famosos "chuchos".
Comen en el mismo plato, padecen los mismos males, la proclividad a la traición; cuantas veces tuvieron la oportunidad, traicionaron a Andrés Manuel López Obrador.
En este escenario, es de considerar que mientras se resuelva el proceso, a quienes se sentían ya arrogantes candidatos les bajaron los humos y aunque lograran mantener la candidatura, será en condiciones diferentes. Muchos perredistas de corazón se agarrarán de aquí para surtirle sabroso a sus adversarios, tampocose pueden ver ni en pintura.
Quien se viene manejando bastante discreto y con cierta estrategia es el abanderado del tricolor, Amado Orihuela Trejo. Todo lo anterior le beneficia, aunque sin necesidad de ello. Una encuesta que se acaba de entregar lo coloca 15 puntos arriba de su más cercano perseguidor. En el Partido Acción Nacional, en ocho días sabremos quién va. Todo indica que será Alejandro Villarreal o Demetrio Román; el senador Adrián Rivera es rechazado por la mayoría panista.