El sector educativo no ha sido una plataforma muy útil en cuestiones de aspiraciones políticas. El viejo régimen siempre usó espacios como la Secretaría de Gobernación, en la mayoría de las ocasiones, o incluso Hacienda para promover a sus cuadros rumbo a la primera magistratura del país, pero con Acción Nacional todo parece haber cambiado.
Vicente Fox Quesada, aquel tipo bravucón, venía de ser gobernador de Guanajuato cuando emprendió la carrera presidencial. En el caso de Felipe Calderón, estaba en la Secretaría de Energía en la administración pasada; entró en conflicto con su jefe quien le recriminó que estaba haciendo precampaña para sustituirlo sin permiso suyo y lo cesó después de que tuviera un evento en Guadalajara, Jalisco.
En este momento todavía no está muy claro por dónde saldrá el abanderado panista en busca de la banda presidencial. Pero, reiteramos, se menciona entre los posibles a Lujambio, quien ayer realizó una gira de trabajo con el gobernador Marco Adame Castillo para entregar infraestructura educativa y aulas de computación.
Ése fue el pretexto. La verdad es que todo mundo --por lo menos aquellos dedicados a la política-- vieron esta visita como un acto de precampaña para ir midiendo el terreno y calculando posibilidades.
Se antojan incluso tardíos los movimientos; ya otros institutos llevan mucho tiempo desarrollando estrategias y trabajando el proyecto político con miras a la misma posición. Por lo menos entre ellos están los perredistas con Marcelo Ebrard Casaubón a la cabeza y un Andrés Manuel López Obrador que podría irse por la libre.
En tanto, del bando tricolor sigue creciendo la figura del gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, a quien le han querido pegar con todo para bajarlo del caballo, pero pareciera que lo fortalecen más como ocurrió con el "peje" previa la justa electoral del 2006 con la amenaza de juicio político de parte de Fox.
¿Y por qué Lujambio? Bueno, lo que en los corrillos políticos y entre los panistas locales se argumenta es que "físicamente es el menos peor del gabinete de Felipe Calderón" y es quien más podría competir con Peña Nieto en el terreno del atractivo físico que por lo visto es un elemento que cuenta mucho en las tendencias electorales en los últimos años.
En el dos mil, por su gracia y sangre liviana, Sergio Estrada Cajigal fue un buen candidato panista que ganó de calle por esos atributos, y en el caso del mandatario del Estado de México, a eso se atribuye tanta algarabía, sobre todo del voto femenino.
Además, se afirma que el titular de educación es un hombre bastante inteligente como para pretender tal investidura; puede ser. Pero hoy día es una figura incipiente. El grueso de la sociedad no lo identifica. Tendrá que hacer un esfuerzo mayúsculo para poder ser competente en el caso de que tenga a rivales de la talla de Ebrard, AMLO y Peña Nieto. No es un problema menor.
Por lo pronto, le pusieron algunos balones en Morelos e hizo ciertos compromisos que ojalá en esta ocasión se cumplan. Todavía recordamos que al final del sexenio foxista, cuando ya se venía la sucesión, el guanajuatense se sacó de la manga algunos programas que nunca vimos fructificar, precisamente en el ámbito educativo.
Entre éstos, la promesa de dotar a cada salón escolar en primarias y secundarias de todo el país de los famosos pizarrones electrónicos; hasta se estuvieron dando exhibiciones en ciertos planteles. Pero ahora entendemos que eran promesas de campaña que suelen nunca cumplirse.
A ver qué se saca de la manga Lujambio, porque a pesar de que se insista en que se han modernizado los sistemas educativos en México o en Morelos, estamos en pañales. Administrativamente el sector es un auténtico desorden. En el caso nuestro, lo único que da el IEBEM es lástima y basta que se le pregunte a cualquier profesor; ellos son las víctimas de tanta incongruencia administrativa que necesariamente rebota en los salones de clase y en el nivel de enseñanza-aprendizaje. Así que en lo que corresponde a nuestro estado, deberían comenzar por poner algo de orden. De mucho ayudaría.