Bueno, cuando a nivel nacional se conformó la comisión que se encargaría del proyecto conmemorativo de ambos casos, se habló de grandes acciones particularmente en Morelos por ser estados con profundos y significativos antecedentes de hechos independentistas, al final por lo menos en lo que a nuestra entidad se refiere, no vemos nada trascendente.
Pero en lo referente al centenario de la Revolución, nuestra entidad es pieza clave por las luchas zapatistas, pero hay escaso o nulo movimiento hacia ponderar esos primeros 100 años.
Se aprecia cierto desinterés en el tema no sólo a nivel local, también en el contexto nacional. Claro, tuvo mucho más peso y significado la independencia, pero en el caso nuestro no se puede minimizar la revuelta agraria de la que surgió el ejido, a partir del reparto de tierras a los campesinos que hasta entonces eran casi esclavos de los hacendados y terratenientes avecindados.
Como quiera que sea, el general Emiliano Zapara Salazar continúa siendo un símbolo de admiración y veneración del sector campesino y por encima de mitos y realidades, enarbola aún buena parte de los reclamos y quejas insatisfechas de los hombres del campo, que consideran que los ideales del caudillo del sur continúan sin cumplirse.
Pero insistimos, desde hace unos dos años se inició una intensa campaña de promoción en torno a esos dos eventos históricos, cuando llega el momento no se pasó de acciones rutinarias e intrascendentes.
Pero si la celebración bicentenaria fue deslucida, pareciera que la del centenario será aún más pobre, no hay preparativos que nos indiquen lo contrario.
RADICALIZADO CONFLICTO CON ANTORCHA
Y en otro tema, como lo habíamos previsto, el conflicto de la comunidad de Alpuyeca contra la permanencia en su territorio de los antorchistas va en aumento, una representación del pueblo se instaló en plantón definitivo en el salón Mariano Matamoros de Palacio de Gobierno desde el pasado 13 de los corrientes, ahí pernoctaron por lo menos 10 activistas.
De esta manera rechazaron la propuesta oficial de analizar la procedencia o no del decreto mediante el cual se donó la tierra a los avecindados y no sólo eso, el trabajo de los lugareños va orientado a buscar el apoyo de otros pueblos como Xoxocotla, Atlacholoaya, Santa Rosa 30 y otras de las comunidades que en su oportunidad integraron lo que llamaron "los 13 pueblos" de la región sur en defensa de la tierra.
Ya Xoxocotla ha mostrado su disponibilidad para respaldar a sus vecinos en contra del movimiento antorchista, sólo espera que a través de una asamblea popular, Alpuyeca formalice la invitación.
El delegado de esa comunidad indígena, Juan López Palacios, dijo al respecto que "ya nos pidieron el apoyo, estábamos listos para acudir, pero consideramos que no era prudente hacerlo hasta que sea por consenso, porque algunos sectores sociales pudieran no estar de acuerdo".
Y aprovechó para decir que "nosotros también estamos preparando una movilización, hay mucha inconformidad social en Xoxocotla, porque no nos han cumplido ninguno de los acuerdos pactados en materia de obra pública y servicios, estamos considerando tomar la carretera federal Alpuyeca-Jojutla para hacerlos reaccionar".
La postura de Gobierno de no ceder a las demandas populares en esa parte sur del estado, propicia otra vez condiciones para el surgimiento de protestas colectivas entre los pueblos y las comunidades.
Algunos errores institucionales muestran el florecimiento de signos de inconformidad muy característicos de los finales sexenales, si no hay soluciones al corto plazo son parte de los focos rojos que acompañarán a este Gobierno en un final de protestas, marchas, plantones y bloqueos de vialidades. En lo que a los "antorchos" corresponde, la salida que se está dejando es de aplicación de la justicia por propia mano, que pudiera dejar algún saldo rojo en materia de enfrentamientos, pero parece que eso es lo que menos preocupa a las autoridades.