La supuesta encuesta para decidir candidato a gobernador entre el senador Rabindranath Salazar Solorio del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y Cuauhtémoc Blanco Bravo del Partido Encuentro Social (PES) ha traído de cabeza a muchos, porque parece que la intención fue esa, dejarlo a la especulación a fin de que fuera materia de publicidad electoral para ambas instituciones.

Pero seguimos esperando que se den a conocer las estadísticas de la consulta pública o entre los militantes de las dos plataformas, aunque a decir de muchos, desde dentro no hay tal y finalmente se antoja que es un asunto ya definido desde el mismo momento en que las dirigencias nacionales aceptaron ir en esa alianza.

O sea, que sería el ex futbolista el que encabece la fórmula por la gubernatura morelense, ello derivado de que el líder del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PES, lo habría pedido como condición para poder ir juntos. Y se antoja bastante lógico, porque siendo francos ¿qué más podía pedir ese partido en el territorio nacional que no fuera que le dejaran la candidatura del estado de Morelos a fin de ir con el movimiento?

Es de entenderse que Hugo Erick Flores Cervantes, presidente nacional, puso sobre la mesa esa condición y a cambio los otros podían despacharse con todo en el resto de las candidaturas en todo el país, porque además, seguramente que en ninguna otra parte tienen posibilidades de alcanzar alguna victoria que no sea en tierras zapatistas.

Y si lo anterior fue de esa manera, pues ya incluso el abanderado que traían los morenos, en la figura de Rabín, sabía perfectamente del resultado de aquellos acuerdos y todo lo demás fue algo pensado en función de cómo estar presentes en el ánimo de la gente en todo momento.

Por lo que el pasado fin de semana dijo el propio abanderado de Morena a la presidencia de la república Andrés Manuel López Obrador, se aprecia que por ahí van las cosas y entonces estaríamos en espera de que eso se confirme tiene que ser ya en unos días más, porque los tiempos así lo prevén; para el registro de candidatos hay plazos fatales.

Si bien es cierto que esa tardía acción en la unción del abanderado les ha beneficiado publicitariamente, también le ha generado cierto desgaste interno, porque en todo ese tiempo se vivió una especie de enfrentamiento entre simpatizantes de los dos aspirantes y cuando se dé la respuesta final, es muy posible que aquellos que no ganaron en sus apoyos, opten por buscar una alternativa diferente.

No obstante, desde la dirigencia nacional se deberá hacer un trabajo intenso para sanar heridas y buscar que en la medida de lo posible todos jalen hacia adelante porque lo van a necesitar, las cosas no las tienen fáciles, hay toda una estrategia de parte de otros bloques y se intensificarán cuando vean más claro por dónde va la jugada en esa ala de la izquierda que encabeza AMLO.

Y aquí siempre insistimos en que aquello de la inclusión como terna del ex alcalde capitalino Manuel Martínez Garrigós era una falacia; nunca hubo tal y ya quedó demostrado, la carrera era únicamente entre Blanco y Rabín, el del Partido del Trabajo (PT) venía haciendo un esfuerzo a fin de dañar a la institución o al bloque por instrucciones de otras trincheras. Pero además, lo seguirá haciendo, porque insiste en que se mantendrá como “aliado”.

Eso de que López Obrador por primera vez concediera ya al famoso deportista el carácter de precandidato de la alianza, dice mucho. Y es que si quiere sacarle mayor ventaja en materia de sufragios, lo invitaría de vez en cuando a algunas de sus giras proselitistas para que llame a votar por él y desde luego que le ayudaría.

TAMPOCO EN EL PRI DAN LUZ VERDE

Pero donde tampoco dan luz verde en lo correspondiente al candidato por la gubernatura local es en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), aunque ya acaban de hacer publicar la convocatoria en la que se establecen las reglas a seguir para aquellos que aspiren a cualquier candidatura.

El pasado fin de semana tuvieron su consejo político estatal para sacar puntos correspondientes a la agenda electoral, pero sólo eso; los que quieren la plaza siguen esperando a que la dirigencia nacional les dé luz verde, porque será en aquellos niveles donde se tome la determinación.

Por cierto, a ese consejo asistieron algunos de los que la buscan, entre éstos Guillermo del Valle Reyes, Jorge Meade Ocaranza, Matías Nazario Morales y Rosalina Mazari Espín. Ésta última contó con una buena recepción entre los cerca de 350 consejeros, se ve que la tienen muy bien identificada.

Pero al mismo modo que en Morena, acá cuentan con unos cuantos días para decidirse o por lo menos para darlo a conocer, porque a lo mejor el presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del tricolor Enrique Ochoa Reza ya tiene el nombre sobre la mesa y espera los tiempos correctos para que se haga público en la entidad.

Y regresando al tema de Morena y sus aliados, igualmente se ve que se han esperado hasta el último día, para no darle oportunidad a los contendientes de ir en busca de otras opciones en caso de que no salgan premiados con la candidatura. Particularmente pensada en función de Blanco Bravo.

Ello, porque mucho se especuló que cuando se pusieron las cosas tensas entre ambos partidos y se creía que la famosa alianza tronaría, el edil capitalino tocó puertas del PRI a nivel nacional. Quería asegurarse de no quedarse colgado de la brocha si lo hacían a un lado.

Con toda certeza los otros tomaron nota y determinaron que había que esperar hasta el último momento para que se imposibilitara algo parecido y, en todo caso, el perdedor de la “encuesta” acepte ir en otro espacio, pero con la misma fórmula; por ahí debe ir la cosa y a eso se debe el retraso, aunque conforme al calendario electoral, no hay tal, porque seguimos dentro de los espacios concedidos por la ley al respecto.

Como quiera que sea, la cosa continúa muy interesante y sobre todo los políticos andan todavía preocupados porque no tienen claridad absoluta del rumbo que puede tomar este proceso, debido a que faltan algunas figuras de las que aparecerán en las boletas para aspirar al gobierno estatal.