Mientras en otras entidades hay municipios donde la separación de basura se practica desde hace más de 10 años, en Morelos no se ha podido aún dar ese paso, que en primera instancia requiere de tres cosas: voluntad política, cambio de hábitos de la población e inversión.
Nuestro país cuenta con un marco legal que permite que cualquier entidad del país que así lo disponga pueda migrar a una gestión de residuos más amigable con el medio ambiente, pues realmente las opciones en este tema son diversas y no se acotan a una sola estrategia.
Hay estadísticas que señalan que prácticamente el 70 por ciento de todos los residuos pueden aprovecharse de una u otra manera, ya sea para efectos de reciclaje, generación de energía o procesos biológicos que les den una utilidad.
El convenio firmado ayer entre el Congreso del Estado y ECOCE puede ser la oportunidad para que más entidades públicas se sumen a la educación ambiental y, en poco tiempo, se extienda a todo el territorio morelense.
