Finalmente se abrió un camino de cooperación entre México y Estados Unidos para el combate a delitos que —hay que decirlo— es de la agenda del presidente norteamericano Donald Trump.
El país vecino pone sobre la mesa en el acuerdo el ataque al lavado de dinero, al tráfico de drogas, combustibles y armas (en ambas trincheras), y pide la captura de liderazgos de organizaciones de la delincuencia, incluidos políticos y empresarios.
Al tiempo que Estados Unidos abre rutas hacia una intervención que se extiende a Sudamérica, en México, la presidenta Claudia Sheinbaum tiene por delante un escenario de múltiples aristas, con una inevitable repercusión política.
México está sometido por los cárteles de la droga, no deja de insistir Donald Trump, y corre el plazo de 90 días fijado por su gobierno para imponer aranceles a nuestro país… ¿cómo se viene la reacción?