El crimen organizado siempre ha buscado diversas maneras de enganchar a niños y jóvenes en la ingesta de enervantes.
El uso de brownies, muffins, hot cakes o dulces ha sido una manera atractiva y fácil para inducir el consumo en este sector de la población, al que busca con recurrencia para tratar de asegurar un consumidor potencial que durará muchos años, pero además que es susceptible de acercar los enervantes a más personas de su edad.
Ayer, nuevamente se presentó en Morelos un caso de intoxicación por consumo de los llamados "brownies mágicos”; en esta ocasión fueron estudiantes de la secundaria técnica 22 de Jiutepec.
Si bien es complicado idear controles efectivos para prevenir estas situaciones, casos como éste no deben apostarse al olvido, pues representan un peligro inminente que de un momento a otro nos puede arrebatar a nuestra juventud.