En los últimos días, las acusaciones contra el gobierno federal por un supuesto intento de espionaje se han intensificado, luego del avance en el Congreso de la Unión de reformas a diferentes leyes que -entre sus articulados- esconderían apartados que facilitarían conocer prácticamente todo sobre nosotros.
En medio de todas estas críticas, es destacable la posición que al respecto han manifestado algunos actores de la sociedad civil que llevan años luchando contra el problema de desapariciones que azota al país.
Ellos han cuestionado a diputados y senadores por sus peleas estériles al oponerse a que el gobierno acceda a nuestros datos, cuando cada día se suman 50 personas a la lista de desaparecidos y las autoridades poco pueden hacer ante un cúmulo de fallas y vacíos de información.
El ciudadano de a pie poco teme a que el gobierno tenga en su poder sus datos personales, pues en su gran mayoría vive en armonía con la ley; quienes no lo hacen así, sí deben preocuparse.