Luego de las “observaciones” que emitió la Organización de los Estados Americanos (OEA) acerca del proceso electoral judicial de México y que recomendara a los países de la región no replicar el modelo, hubo voces desde la Federación que sugirieron salir del organismo.
Ayer, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, descartó por completo esa intención, pero sí aprovechó para mostrar su desacuerdo al decir que la OEA se excedió, violó sus propios estatutos en cuanto a la no intervención y que la Cancillería enviará una carta en la que expresarán su inconformidad.
La actitud de la presidenta contrasta mucho con la de otro morenista, el presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, quien llenó de calificativos al informe al tildarlo de "faccioso, irresponsable y ligero".
Tampoco se guardó decir que el organismo es una herramienta intervencionista del gobierno de Estados Unidos.