El 5 de mayo de 1862 es un capítulo emblemático de la historia militar de nuestro país: las tropas al mando del General Ignacio Zaragoza consiguieron una heroica victoria sobre un ejército francés que en suelo mexicano allanaba el camino hacia una intervención, en medio de un momento sociopolítico nacional de profunda crisis y desestabilización.
Aquella victoria de las fuerzas armadas mexicanas representó una inyección de moral para una sociedad lastimada por guerras civiles, problemas económicos y una abismal polarización política, producto de décadas en las que el país pagó las transiciones históricas que constituyen su esencia.
Hoy continúa una lucha por paz social y bien común. El pueblo mexicano es víctima de un sistema que le priva de derechos y garantías fundamentales y de un enemigo que le amenaza en su seguridad. La historia nacional siempre ha dado muestras de fe. El presente es un momento para esperar inercias hacia un porvenir mejor.