La problemática es patente principalmente en municipios de la región oriente y de los Altos de Morelos; faltan políticas para atender crisis en el campo, señala la UFIC.
El secretario general de la Unidad de la Fuerza Indígena y Campesina (UFIC), Florencio Ixpango Merino, alertó sobre el robo sistemático de tierras ejidales en Morelos por parte de grupos presuntamente vinculados al llamado “cártel inmobiliario” de la Ciudad de México, fenómeno que —aseguró— ha colocado al estado, desde hace una década, en el primer lugar nacional en despojo de tierras.
De acuerdo con el dirigente campesino, estos grupos operan de manera armada, amenazan directamente a los campesinos y, presuntamente, corrompen a policías municipales para facilitar la invasión y lotificación de tierras agrícolas.
“Ya no se siembran elotes, se siembran varillas; se están lotificando tierras agrícolas”, lamentó.
Ixpango Merino denunció que los despojadores provienen principalmente de la Ciudad de México y del Estado de México, y advirtió que el problema de la tenencia de la tierra se ha convertido también en un grave asunto de inseguridad, ya que no sólo se roban las cosechas, sino también las propias tierras de los campesinos.
Estimó que alrededor de 100 mil hectáreas se encuentran en riesgo de ser invadidas o despojadas, particularmente en la región oriente y en la zona de los Altos de Morelos, donde —dijo— el abandono gubernamental ha facilitado la acción de estos grupos.
El dirigente de la UFIC expuso que este fenómeno ocurre en un contexto de debilitamiento del campo morelense, marcado por el envejecimiento de los ejidatarios, el abandono de parcelas y la falta de actualización de los padrones ejidales por parte del Registro Agrario Nacional.
Señaló que existen ejidos que anteriormente contaban con hasta 2 mil ejidatarios, pero actualmente sólo logran reunir entre 30 y 40, reflejo de un abandono casi total de la actividad agrícola y de la desaparición paulatina de la propiedad social.
A pesar de este escenario, Ixpango Merino reconoció que durante el presente ciclo agrícola se registró una alta producción de sorgo y maíz, gracias a las condiciones favorables de lluvia, lo que permitió buenos rendimientos para los productores; sin embargo, subrayó que esta productividad no ha sido acompañada por políticas públicas ni recursos suficientes.
Criticó que el presupuesto asignado por el Congreso del Estado para el campo resulte insuficiente y limite severamente la operación de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, al no contemplar programas de fomento productivo, apoyos a mujeres rurales, proyectos de traspatio ni esquemas de comercialización.
“Sin programas ni apoyos, el campo sigue abandonado. Con el presupuesto actual, la Secretaría siempre va a estar limitada”, afirmó.
Precisó que el gobierno estatal ha propuesto un presupuesto de 700 millones de pesos para el sector agropecuario, no obstante, consideró que dicha cifra es insuficiente, ya que las organizaciones campesinas han planteado la necesidad de al menos 2 mil millones de pesos para garantizar condiciones dignas de trabajo en el campo.
Añadió que Morelos cuenta con el presupuesto agropecuario más bajo de los estados colindantes de la región centro del país, incluso, por debajo de entidades como la Ciudad de México, Guerrero, Puebla y el Estado de México, a pesar de que algunas de ellas cuentan con menor superficie rural.
Indicó que con los recursos actuales únicamente se cubre el gasto corriente de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario y algunos programas mínimos, como los de sanidad animal y vegetal, dejando fuera a la mayoría de los productores.
Finalmente, Ixpango Merino sostuvo que ante el avance de los despojos no existe otra alternativa que la organización y defensa de la propiedad social, y reiteró el compromiso de las organizaciones campesinas de proteger los ejidos y comunidades.
“Defenderemos siempre al ejido y a la comunidad frente a los invasores”, concluyó.
