Además de la caravana de los transportistas, agradecen mujeres a “La Morenita” haber podido ser madres.

Desde hace 40 años, operadores de la Ruta 12 realizan una peregrinación Guadalupana, los días 11 y 12 de diciembre, para pedir por su seguridad y la de los pasajeros durante su trabajo.

Enrique –quien trabaja como chofer en esta organización– contó a La Unión de Morelos que una de sus peticiones es llegar con bien a su casa y librar cualquier percance que ponga en riesgo su vida y la de la gente que diariamente lo acompaña.

Este Día de la Virgen de Guadalupe, los operadores también pidieron por la salud de uno de sus compañeros que tuvo un accidente de motocicleta y consuelo para otro conductor, que perdió a su padre hace unos días.

“Nos gusta participar y también le pedimos bendiciones y que cuide a los compañeros que andan en el volante porque es una labor peligrosa y lo que queremos es llegar bien a la casa”, expresó.

De la Ruta 12 participaron cinco camiones; dos decorados, pero todos los conductores con el mismo propósito: agradecer a “La Morenita” porque todos los días llevan unas monedas a su casa.

Este viernes 12 de diciembre, varias “rutas” de diferentes organizaciones desfilaron por las avenidas principales de Cuernavaca, decoradas con imágenes religiosas.

A los agradecimientos a la Virgen de Guadalupe se sumaron María del Rosario y su nuera, Guadalupe, quienes se dieron cita en el Chapitel de la iglesia del Calvario para agradecer porque les concedió el milagro de ser madres.

Los padres de Guadalupe tuvieron complicaciones para tener hijos y acudieron a la Basílica; frente a la virgen, hicieron la promesa de que si les mandaba un hijo, lo llamarían Guadalupe y así fue.

Con ese antecedente, Guadalupe temía vivir la misma situación que sus padres. Afortunadamente –dijo– logró embarazarse, pero no faltaron las oraciones para que su pequeña naciera con buena salud.

Su suegra, María del Rosario, también visita a la virgen cada año y en su casa le canta “Las mañanitas”.

Ella intentó ser madre durante siete años; sin embargo, al tercer mes de gestación lo perdía. Entonces, un 12 de diciembre, pidió con toda su fe para aliviar su sentimiento de soledad.

En febrero se enteró que un bebé venía en camino y después llegó el otro, aunque el diagnóstico del médico fue que tenía la matriz débil y ante un embarazo tendrían que decidir a quién salvarle la vida. Sus dos hijos están vivos y sanos.

Algunas mujeres acuden a agradecerle a “La Morenita” el favor de haberlas convertido en madres.