La digitalización financiera nos ha traído muchas ventajas: realizar operaciones sin tener que usar efectivo, depositar, pagar tarjetas, comprar o vender. Incluso, abrir una cuenta bancaria, invertir o contratar un crédito, todo lo podemos hacer a distancia.
Gran parte de estos beneficios se deben al sistema SPEI, que es el Sistema de Pagos Electrónicos Interbancarios, diseñado por el Banco de México y la banca comercial, para transferir dinero electrónicamente entre cuentas de depósito, realizar pagos a tarjetas de crédito o de servicios, entre otros.
De acuerdo con el Banco de México, este sistema es muy seguro, pues opera mediante un ambiente o red privada, protegida, y las instituciones financieras que lo usan están registradas y reguladas. Además, la banca por internet móvil cuenta con un dispositivo de seguridad que puede ser un token o una tarjeta de seguridad, dando acceso exclusivo al usuario.
Pero la digitalización entraña riesgos. Uno de ellos es marginar a quiénes no tienen acceso a internet o no manejan adecuadamente estas tecnologías. El 70% de la población mexicana, de 18 a 29 años, utiliza la banca digital; por el contrario, solo el 20% de la población de 60 años o más, la usa. Es decir, la gente de mayor edad conoce y utiliza poco estos medios, siendo más propensa a sufrir fraudes.
Las formas de fraude digital más comunes son las llamadas telefónicas, páginas WEB, mensajes, correos electrónicos (SPAM), correos falsos de bancos, empresas o proveedores. Por ejemplo, te avisan de posibles movimientos irregulares en tu cuenta, te dan “premios”, te ofrecen “promociones”, te notifican de cambios de cuenta de un proveedor, etc. La mayoría piden registrar datos personales y así consuman el fraude, o que pagues o transfieras recursos directamente en una página falsa.
Por eso, es importante no abrir correos o ventanas sospechosas, no guardar nuestras contraseñas en el teléfono o computadora; tener activadas las notificaciones para saber los movimientos en nuestras cuentas, desconfiar de promociones, premios o páginas poco confiables. Es básico crear contraseñas seguras e, incluso, usar doble autenticación en nuestras cuentas.
Finalmente, tengamos presente que los bancos NO solicitan información confidencial mediante mensajes o llamadas telefónicas. No nos dejemos engañar.
