Sociedad

Está cansado de trabajar, pero no tiene opción de jubilarse


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Está cansado de trabajar, pero no tiene opción de jubilarse

Está cansado de trabajar, pero no tiene opción de jubilarse
Fotógraf@/ ANTONELLA LADINO
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Tras 28 años como chofer del transporte público Juan Ortiz Nicanor confesó que ha pensado en dejar esta actividad, porque cada día le resulta más estresante lidiar con los pasajeros.

Además, dijo que ha sido testigo de la disminución en la demanda del servicio en los últimos 20 años, pues ahora es más fácil para las personas comprarse un auto o una moto y dejar de viajar en el colectivo.

Sin embargo, admitió que retirarse es una decisión difícil de tomar, debido a que no tiene dinero ahorrado, no cuenta con otra fuente de ingresos y en la organización de transporte en la que trabaja no tiene opción de jubilarse.

“Me han dado ganas de dejar la ‘ruta’ porque es muy estresante. Anteriormente había mucho pasaje, pero ahorita la mayoría andan en moto y ha bajado mucho; hay que ir muy despacio para agarrar pasaje. Por eso pienso trabajar unos tres años más y ya, pero también me preocupa porque no tengo ahorros y menos opción de jubilarme”.

Si bien está a gusto en esta actividad con la cual ha logrado mantener a su familia señaló que después de tantos años ya es estresante, por el tráfico y el cierre de calles cuando hay manifestaciones.

A decir del trabajador del volante, diariamente tiene que lidiar con pasajeros que se molestan porque tienen prisa por llegar a su destino y quieren que el chofer maneje rápido, cuando no saben que tienen que respetar el tiempo de recorrido que les indican en la base.

“A veces la gente se pone insoportable y quieren que uno vaya rápido, pero nosotros vamos con el tiempo que nos dan en la base y tenemos que levantar pasaje. Algunos me han dicho que me apure porque tienen prisa, pero como no hago caso me recuerdan a mi mamá”.

En su actividad diaria -indicó- también se ha encontrado con pasajeros que pretenden viajar gratis, como el caso de una mujer que, aunque paga cinco pesos con la credencial del Inapam, en la mayoría de las ocasiones intenta no pagar y cuando el operador le hace esta observación, ella responde con una pregunta: “¿no le pagué?”.

Posteriormente paga su pasaje y abandona la unidad.  

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Antonella Ladino

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