Sociedad
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Mole de pobres

Hace unos meses tuve el gusto de conocer el Campamento Zapata, un proyecto Ecoturístico en Tlaquiltenango, Morelos. El poder disfrutar del paisaje y aprender de la cocina tradicional de la zona Sur del estado de Morelos fue una experiencia tan agradable y de lo más enriquecedora.

TXT Chef Lynda C. Balderas
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El proyecto Campamento Zapata lo promueven don Eladio Rosales Pérez y la maestra Milca Reynoso García.

Nos comenta don Eladio que el lugar fue refugio del General Emiliano Zapata, en la época de la Revolución, y de ahí surgió la idea de convertir el sitio en un proyecto turístico para que las personas pudieran conocer y visitar el Campamento de Zapata.

Para la visita me acompañaron un pequeño grupo de amigos y al llegar al lugar, cual familia, ayudamos a acomodar el tlecuil y nos dispusimos a aprender desde el inicio cómo poner el fuego cuando se cocina en el campo. Una vez listo, La maestra Milca Reynoso, cocinera tradicional, dio inicio a la clase de cocina.

Mientras todos participábamos, don Eladio nos narraba la historia del “mole de pobres”, un platillo creación de su abuela doña Clara Vázquez Gadea, oriunda del Jilguero, nombre original del pueblo que hoy lleva el nombre de Valle del Gral. Lorenzo Vázquez, mejor conocido como Santa Cruz.

Doña Clara era cocinera del mismísimo General Zapata cuando se resguardaba en este lugar. Nos cuenta don Eladio que en alguna ocasión llegaron visitas muy importantes a casa de su abuela, y con pena de no poder preparar un gran banquete para recibir a los recién llegados, preparó un molito con los ingredientes que tenía: chiles, aromas y con huevos de sus gallinas, por qué no había más. Humildemente lo ofreció a las visitas diciéndoles que con mucho cariño les ofrecía este molito de pobres. Un platillo que por sus ingredientes nada tiene de pobre y que le mereció el premio al “Mejor platillo con historia” a la maestra Milca en el tercer Encuentro de Cocineras Tradicionales de Tepoztlán celebrado en marzo del 2018.

¡¡Qué comida tan deliciosa en verdad!! Todos nos quedamos sorprendidos ante la sencillez de ingredientes y la grandeza del sabor. Es el noble arte de la cocina que se aprende con el tiempo y el día a día, además de que cada cocinera nace ya con sus habilidades en la materia. Bien dicen que con barriga llena corazón contento y súper contentos nos dirigimos a caminar cuesta arriba para conocer el lugar exacto donde se ubicaba el campamento. En el camino, estaban estratégicamente colocadas las cédulas que nos ilustran sobre la flora y fauna del lugar.

La subida es muy rápida y una vez arriba la vista del valle con las lluvias recientes hace que el campo luzca un verde hermoso. Las enormes rocas parecen haber sido colocadas de forma estratégica para ser utilizadas como miradores ya que si bien están a la vista, desde abajo se confunden con el resto de la vegetación. Hay una roca que bien parece un sillón y don Eladio nos invita a sentarnos en el sillón de Zapata, acto seguido no puede faltar el recuerdo digital.

De pronto vemos frente a nosotros un árbol que muda de piel, es el palo mulato, que al frotar su tallo desprende pedazos de su corteza.

Hay un gran amate prieto en una zona que parece ser la favorita de las serpientes. Un cuachalalate que nos cobija con su sombra. Llegamos frente a una formación rocosa que nos indican era el microondas de Zapata, y se aprecia como en efecto las huellas del fuego han marcado las rocas. Y una zona arbolada que cobija el área que se acondicionaba como cocina y comedor, cerca de una hondonada que en tiempos de lluvias se llena y se forma un pequeño lago. Ahí mismo florecen ahora los quintoniles que hemos cosechado para la comida de mañana. Y llegamos a la zona más alta, una formación rocosa que por momentos pareciere ser una gran escalera, sus manchas de hongos multicolores llama la atención y es en lo más alto cuando nos damos cuenta de la majestuosidad del paisaje. Sin duda alguna era un sitio estratégico de la zona que bien supo utilizar el General.

Muchas gracias maestra Milca por compartir con nosotros tus saberes. Para visitar el Campamento Zapata pueden llamar directamente a don Eladio Rosales Pérez al celular 734 116 35 00. ¿A viajar tod@s y conocer Morelos!

Les comparto con mucho cariño la receta del mole de pobres:

 

MOLE DE POBRES

Receta de la maestra Milca Reynoso García.

Cocinera tradicional de Tlaquiltenango, Morelos.

 

INGREDIENTES:

10 chiles guajillo.

Cinco hojas de laurel.

Dos ramitas de mejorana.

Dos ramitas de tomillo.

Un trozo de cebolla.

Un diente de ajo.

Seis pimientas gordas.

Dos cucharaditas de comino.

100 gramos de cacahuates con cascarita.

Diez huevos criollos.

Aceite o manteca.

 

PROCEDIMIENTO:

Tostar los chiles en el comal y dejarlos remojar un rato para que se ablanden. Tostar los cacahuates y reservar. Una vez listos los chiles,  hay que molerlos en el metate con un poco de agua. Ya que se formó una pasta, se agrega el diente de ajo, los cominos, las pimientas gordas y se van agregando los cacahuates con todo y su cascarita roja, se sigue moliendo hasta que quede toda la pasta lista.

En el comal se pone la olla y un poco de aceite o manteca, se pone el trozo de cebolla, se deja acitronar y se agrega la pasta del mole, se deja sazonar y se agregan los aromas, las hojas de laurel y las ramitas de tomillo y mejorana. Se sazona con sal y se deja que suelte el hervor.

Mientras está listo se preparan las tortillas y ya casi que se va a servir se agregan los huevos criollos crudos al mole formando un círculo y dejando un espacio entre cada uno para que no se peguen, y al final se agregan al centro. Los huevos se terminarán de cocer con el calor del mole. Hay que dejarlos por unos 15 minutos y servir.

 

 

 

 

 

 

 

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