Sociedad
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Quiere Tlaltenango la estatua ecuestre de Hernán Cortés

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José Alfredo Rodríguez Sanciprián, ayudante municipal del poblado de Tlaltenango, dio a conocer que solicitará al alcalde de Cuernavaca le dé la estatua ecuestre de Hernán Cortés, para que sea colocada en ese poblado.

Expuso que sólo falta que la asamblea ratifique la petición para que, de manera formal, se pida al presidente municipal la escultura, para que sea instalada en la glorieta que se ubica en la calle San Jerónimo, esquina con Bajada de La Pradera.

“Hay muy buena relación con el acalde y no dudo que se niegue, porque nosotros sí deseamos que la escultura esté aquí, además de que se evitará que se siga dañando; para nosotros sirve como un atractivo más de este pueblo con historia”.

Reconoció que la propuesta de solicitar esa obra de arte le fue hecha por el cronista Juan José Landa Ávila, quien se ha especializado en el estudio de la vida y obra del conquistador.

“Él se acercó con la propuesta y yo y varios ayudantes municipales de Cuernavaca aceptamos la solicitud, luego de que nos explicara la importancia de Cortés y la necesidad de recuperarla, porque se la pueden robar, como ocurrió con las esculturas de los zapatistas, que fueron sustraídas con violencia el 19 de junio del almacén de la Infraestructura Urbana, Obras y Servicios Públicos, o se puede echar a perder”, dijo.

Esto lo dio a conocer en el marco de la presentación del video documental “Presencia de Hernán Cortés en Cuernavaca”, que el cronista expuso en la Escuela Primaria 18 de marzo, el viernes 7 de julio de este año, y a la cual acudieron más de sesenta personas.

Entrevistado sobre este asunto, Juan José Landa Ávila explicó que, independientemente de que Hernán Cortés Pizarro, conquistador del imperio azteca, haya sido un héroe para los españoles y un villano para los aztecas, fue el fundador de la Villa de Cuernavaca, capital del Marquesado y capital del estado de Morelos.

“Es muy significativo que su estatua ecuestre esté en este pueblo porque dos años después de que Cortés conquista Tenochtitlán, regresa a Cuauhnahuaca para construir una finca y la capilla de San José, en Tlaltenango, donde disfrutó su primer temporada de descanso. Desde Tlaltenango, Cortés emprendió la fundación de Cuernavaca, sobre las ruinas de Cuauhnahuaca, y en Tlaltenango también fundó un ingenio”.

También dijo que esa escultura, que es única en México, también “descansará” de andar de un lugar a otro en la ciudad de Cuernavaca.

El cronista Juan José Landa recordó que esta obra de arte fue elaborada por el escultor Sebastián Aparicio (refugiado español) de bronce a la cera perdida y de aproximadamente dos metros de altura. La ordenó y pagó Manuel Suárez y Suárez en 1931.

La instalaron en 1964, de un día para otro, sin más ni más, en un pedestal de metro y medio, en la glorieta de la entrada del Hotel Casino de la Selva, pero, cuando corrió la noticia de que se había colocado a Cortés allí, hubo inconformidad de algunos. Como Manuel Suárez vio que peligraba, mandó hacer una columna de más de diez metros para que nadie la alcanzara.

Durante más de treinta años todo mundo la podría ver desde varios kilómetros a la redonda.

En el año 2001 ocurrió el conflicto del Hotel Casino de la Selva. Los Suárez lo vendieron y los nuevos dueños, que construirían la tienda Costco, vieron toda la propiedad como un gran terreno, no como un lugar que albergaba obras de arte. La estatua es bajada y colocada en un rincón de ese extenso terreno, en lo que después fue el Museo Muros y actualmente es el Papalote Museo del Niño. Ahí estuvo hasta 2009, arrumbada.

Susan Grilo Arana, directora en esa época del Museo Muros, donó la estatua al Ayuntamiento en marzo de 2009. En ese entonces Jesús Giles Sánchez era el alcalde y él la recibió y ordenó se pusiera en un lugar público: la glorieta de Teopanzolco, esquina con Nueva Bélgica, colonia Recursos Hidráulicos. Se instaló en un pedestal muy bajo, al alcance de los detractores, que no tardaron en vandalizarla: le quebraron una espuela de la bota derecha, además de pintarrajearla varias veces.

Javier López, hijo de un prestigiado escultor y orfebre, Francisco López (quien hizo la escultura de Themis, la diosa de la Justicia que está en el Tribunal Superior de Justicia de la calle Francisco Leyva), fue contratado por el alcalde interino Roque González Cerezo para arreglar la estatua ecuestre que ya estaba colocada en la glorieta de Teopanzolco. La pintó de un color verde horroroso y le destruyó algo que la escultura de bronce debe conservar toda la vida: la pátina del tiempo.

El 21 de octubre de 2011, después de actos vandálicos en los que pintaron de rojo los ojos del conquistador y de su caballo y, a solicitud de algunos vecinos de las colonias Recursos Hidráulicos, Rincón del Valle y Lomas de Cortés, el Ayuntamiento resolvió, por acuerdo AC/SO/21-X-11/294, retirar la escultura y en su lugar se ordenó instalar la de Cuauhtémoc, que se encontraba en la colonia Patios de la Estación. Esta orden fue cumplimentada hasta finales de 2012.

Hernán Cortés y su caballo desaparecieron por mucho tiempo, hasta que en 2016 un reportero la descubrió en un local del Ayuntamiento, a un lado del rastro municipal, rodeada de patrullas y autos inservibles, en un sitio al aire libre en el que el sol y la lluvia están deshaciendo una reja de madera que le sirve de protección.

 

 

 

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