En la frontera sur de México, el desabasto de combustible se agravó esta semana debido a un bloqueo realizado por jubilados de Petróleos Mexicanos (Pemex) en una terminal ubicada en Puerto Chiapas.
Los manifestantes exigen la atención médica y el suministro de medicamentos que les han sido negados durante meses.
Un grupo de alrededor de 425 jubilados, que representan a unas 180 familias, impidió el acceso de autotanques a la instalación de Pemex como protesta por la falta de servicios médicos desde hace siete meses y problemas en el hospital que se extienden hasta 13 meses. Advierten que, si no reciben una respuesta, podrían iniciar un paro indefinido a partir del jueves.
Esta situación ha provocado que varias gasolineras en municipios fronterizos con Guatemala cierren temporalmente o limiten la venta a 20 litros por vehículo, generando largas filas y compras de pánico entre los automovilistas.
Según testimonios, sólo cinco unidades de reparto de combustible operan actualmente debido a la falta de pago a proveedores de autotanques, lo que ha reducido la distribución en la zona.
Noé Damián Aragón, jubilado de Pemex, explicó que exigen la reactivación de sus servicios médicos de forma pacífica y recordó sus años de trabajo en la empresa.
Otro extrabajador, Manuel de Jesús Morales, aclaró que el desabasto no es resultado de la protesta, sino que comenzó por la falta de pagos a los proveedores del transporte de combustible.
Las autoridades no han dado información clara sobre la duración ni la solución al problema, lo que mantiene a la población en incertidumbre.
El pasado 5 de agosto, el gobierno mexicano anunció un fondo financiero exclusivo para Pemex por hasta 250 mil millones de pesos (más de 13 mil millones de dólares) para proyectos estratégicos y pago a proveedores durante 2025.
Este apoyo contará con garantía federal y recursos de banca de desarrollo y comercial. Anteriormente, se emitieron instrumentos financieros por 12 mil millones de dólares para fortalecer las finanzas de la petrolera estatal.