La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), a través del Grupo Aeroportuario, Ferroviario de Servicios Auxiliares y Conexos (Gafsacomm), lanzó una licitación para manejar y controlar la presencia de venados cola blanca en los alrededores de cuatro aeropuertos bajo su administración: Palenque, Tamuín, Nogales y Campeche.
La medida busca mitigar el riesgo que representa esta especie silvestre para la seguridad aérea, especialmente en áreas de maniobras, donde los avistamientos son frecuentes. Tan solo en el aeropuerto de Palenque, en 2024 se reportaron 2,737 avistamientos, con una población estimada de entre 50 y 60 ejemplares dentro del perímetro aeroportuario.
En Tamuín se registraron 54 avistamientos, mientras que en Nogales fueron 132 y en Campeche 28. En todos los casos, los venados han sido clasificados como una amenaza operativa que debe ser atendida con urgencia.
Plan de manejo bajo normas ambientales
La empresa que resulte ganadora de la licitación —cuyo fallo se dará este 30 de junio— deberá implementar un Plan de Manejo de Fauna Silvestre aprobado por la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC). Las medidas incluyen patrullajes diarios, monitoreo nocturno, uso de repelentes visuales y sonoros, y análisis del entorno en un radio de 13 kilómetros desde cada pista para detectar factores que atraen fauna, como cuerpos de agua o tiraderos.
En algunos casos se prevé la reubicación de los animales, como en Tamuín, donde se contempla trasladarlos a la Reserva de la Biósfera Sierra del Abra Tanchipa, a 67 kilómetros del aeropuerto.
Expertos alertan sobre el estrés y riesgos para los animales
Ante esta medida, especialistas en conservación advirtieron que la reubicación de miles de ejemplares es un proceso complejo que podría poner en riesgo el bienestar de los animales si no se realiza adecuadamente.
Juan Carlos Lara Delgadillo, abogado del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), señaló que ni la Sedena, ni la Profepa ni Semarnat cuentan con la capacidad técnica o logística para movilizar un número tan grande de venados sin someterlos a estrés excesivo o incluso provocar muertes súbitas.
Lara recomendó evaluar otras estrategias como la instalación de cercos, redireccionamiento de los animales o estudios para encontrar hábitats adecuados, en lugar de recurrir directamente a su captura y traslado. También recordó que estas acciones deben cumplir con normativas ambientales y contar con un manifiesto de impacto ambiental.
Por su parte, el activista Guillermo D’Christy, del colectivo Sélvame del Tren, subrayó que el Ejército no tiene experiencia en el manejo de fauna silvestre, y que el proceso debe ser supervisado por autoridades ambientales especializadas como la Profepa y Semarnat.
Las autoridades están obligadas a garantizar el bienestar de los animales durante su manejo, liberación o traslado a Unidades de Manejo Ambiental (UMA) o instalaciones autorizadas.