El fiscal especial de Corea del Sur solicitó este viernes una condena de 10 años de prisión contra el expresidente Yoon Suk-yeol, acusado de intentar obstruir su detención tras el fallido intento de imponer la ley marcial.
Según la fiscalía, Yoon habría tratado de impedir que los investigadores lo arrestaran en enero, atrincherándose en el complejo presidencial.
Esta solicitud de pena representa la primera condena de cárcel que los fiscales especiales piden en el marco de las múltiples causas abiertas contra el exmandatario.
Durante el juicio, un fiscal afirmó que Yoon, cuya responsabilidad era proteger la Constitución y el Estado de derecho, abusó de su autoridad y causó perjuicio a la ciudadanía.
También señaló que el acusado no ha ofrecido disculpas ni ha mostrado arrepentimiento público, y que ha intentado responsabilizar a sus colaboradores.
Además del cargo por obstrucción, la fiscalía sostuvo que Yoon no cumplió con los procedimientos adecuados al no convocar a todos los miembros de su gabinete antes de anunciar la ley marcial, y que proporcionó información falsa a corresponsales de medios extranjeros.
El expresidente, de 65 años, enfrenta de manera paralela otro proceso judicial por cargos de insurrección, por los que podría recibir cadena perpetua o incluso la pena de muerte en caso de ser hallado culpable.
En otro frente, un fiscal especial que investiga a su esposa, Kim Keon Hee, por presuntos sobornos y manipulación bursátil, acusó también a Yoon de una supuesta violación de la Ley de Elecciones de Representantes Públicos. El exmandatario ha negado todas las acusaciones en su contra.
