Estados Unidos enviará a uno de sus puertos el petrolero incautado cerca de Venezuela para requisar su carga, confirmó este miércoles la Casa Blanca.
La portavoz Karoline Leavitt explicó que el navío se encuentra bajo un “proceso de decomiso” mientras un equipo estadounidense investiga a la tripulación a bordo.
La operación fue realizada junto con el Departamento de Justicia, el Departamento de Guerra (antes Defensa) y la Guardia Costera. Según Leavitt, el barco —identificado como Skipper— era considerado un “buque fantasma”, previamente sancionado por transportar petróleo iraní destinado al mercado negro.
Aunque en esta ocasión llevaba crudo venezolano, su captura fue ordenada por un juez estadounidense por su historial vinculado al contrabando de petróleo iraní, según informó The New York Times.
El Skipper, que navegaba con una bandera falsa, fue interceptado en un amplio despliegue que incluyó helicópteros y lanchas rápidas con personal armado.
El Gobierno venezolano condenó el operativo, al que calificó de asalto y robo, lo que incrementa la tensión bilateral en un contexto de presencia militar estadounidense en el Caribe.
Consultada sobre si la presión de Washington sobre el Gobierno de Nicolás Maduro responde a la lucha contra el narcotráfico o a intereses petroleros, Leavitt afirmó que Estados Unidos mantiene múltiples objetivos en la región.
Añadió que frenar el tráfico de drogas y aplicar las sanciones siguen siendo prioridades para la Administración.
