Este miércoles, Uruguay se convirtió en uno de los países de América que legaliza la eutanasia tras la aprobación del proyecto de ley de Muerte Digna en la Cámara de Senadores.
La medida despenaliza la eutanasia activa para mayores de edad psíquicamente aptos que atraviesen enfermedades terminales, incurables o irreversibles, o que sufran padecimientos insoportables. La ley también permite que residentes extranjeros puedan acogerse a sus disposiciones.
La votación contó con el respaldo de legisladores del oficialista Frente Amplio y de algunos miembros de los partidos opositores Colorado y Nacional, luego de más de diez horas de debate.
La norma establece que la eutanasia será una opción voluntaria, garantizando la libertad de decisión de cada paciente y el respeto por la voluntad individual, sin imponer conductas ni sustituir derechos previos.
Uruguay se une así a Canadá, Colombia y Ecuador, que ya han despenalizado la eutanasia activa, mientras que en México, 20 estados permiten la eutanasia pasiva a través de leyes de voluntad anticipada, permitiendo rechazar tratamientos médicos en situaciones críticas.
El pasado 13 de agosto, Uruguay había dado el primer paso cuando la ley fue aprobada en la Cámara de Representantes, avanzando luego a la Comisión de Salud Pública del Senado.
La normativa también contempla la creación de una Comisión Honoraria de Revisión, presidida por el Ministerio de Salud Pública, que supervisará los procedimientos y elaborará un informe anual para la cartera y la Asamblea General.
El Poder Ejecutivo deberá reglamentar la ley en un plazo máximo de 180 días desde su promulgación, y la comisión mencionada deberá conformarse dentro de los 90 días siguientes a la reglamentación.