El presidente de Madagascar, Andry Rajoelina, denunció este domingo un intento de golpe de Estado luego de que una unidad militar de élite se amotinara tras expresar su respaldo a los jóvenes manifestantes que llevan semanas protestando contra su Gobierno.
En un comunicado, la presidencia calificó la acción de “ilegal e inconstitucional” y la consideró un intento de desestabilización, llamando a las fuerzas del país a defender el orden constitucional. El texto también ofreció condolencias a las familias de las víctimas y enfatizó que el diálogo sigue siendo la única salida a la crisis.
Las protestas reflejan profundas frustraciones con el Gobierno, incluyendo el acceso limitado a servicios básicos y la corrupción generalizada, y surgieron pese a que Rajoelina obtuvo un nuevo mandato en las controvertidas elecciones de 2023.
Como medida preventiva, el presidente del Senado, el general Richard Ravalomanana, fue destituido este domingo, al ser considerado un posible sucesor de Rajoelina en caso de una asonada, según informó la Oficina Permanente del Senado.
Por su parte, la unidad amotinada, conocida como el Centro de Administración de Personal del Ejército (CAPSAT), afirmó haberse convertido en la “nueva fuente de mando militar” y declaró al general Démosthène Pikulas como nuevo “jefe del Estado Mayor”.
Cabe recordar que el CAPSAT fue clave para llevar a Rajoelina al poder en 2009, cuando se negó a acatar las órdenes del entonces presidente Marc Ravalomanana.
Sin embargo, ahora apoyó a los manifestantes, escoltándolos hasta la simbólica plaza del 13 de Mayo en la capital, Antananarivo, que hasta ahora no habían podido ocupar debido a la represión de las fuerzas de seguridad, que ha dejado un saldo provisional de 22 muertos.