Desde este miércoles, Venezuela celebra nuevamente una Navidad adelantada, anunciada por el presidente Nicolás Maduro, en un contexto de tensión por el despliegue militar de Estados Unidos cerca de sus aguas.
A pesar de esta situación, la vida cotidiana del país se mantiene: estudiantes asisten a clases, empleados van a sus trabajos, el transporte público circula con normalidad y los comercios permanecen abiertos.
El Gobierno ha convocado movilizaciones y actividades militares desde agosto, calificando la presencia estadounidense como una “amenaza” y promoviendo el alistamiento en la Milicia y jornadas de adiestramiento.
Sin embargo, los ciudadanos continúan con sus rutinas diarias, aunque algunos expresan preocupación por la economía y un posible conflicto.
La situación económica sigue siendo un desafío: los precios del dólar y de los productos han encarecido la vida diaria, mientras los ingresos de muchos venezolanos no alcanzan para cubrir necesidades básicas.
El adelanto de la Navidad incluye la decoración de plazas, avenidas y árboles en Caracas, así como la venta anticipada de artículos festivos.
Maduro ha señalado que esta medida busca fomentar la economía, la cultura y la alegría de la población.
El inicio de la temporada navideña coincide con los preparativos para las canonizaciones de José Gregorio Hernández y Carmen Rendiles, así como con el comienzo de la temporada de béisbol nacional, uno de los deportes más populares del país.