El Observatorio Vera C. Rubin, equipado con la cámara más grande jamás construida de 3.200 megapíxeles, ha presentado sus primeras imágenes de prueba, mostrando un universo más extenso y detallado que nunca antes.
En tan solo 10 horas de observación, el telescopio detectó 2.104 asteroides desconocidos, siete de ellos cercanos a la Tierra, aunque sin riesgo de impacto, y capturó la luz de millones de galaxias en un campo de visión sin precedentes.
"Rubin recopilará más datos que todos los telescopios ópticos de la historia juntos", afirmó Brian Stone, director interino de la NSF, una de las instituciones financiadoras del proyecto.
Situado en el cerro Pachón, Chile, el observatorio escaneará todo el cielo cada pocas noches durante una década, en el marco de la Encuesta de Legado del Espacio y Tiempo (LSST), creando una verdadera película cósmica en ultra alta definición.
Entre las imágenes divulgadas se encuentran un mosaico de las nebulosas Trífida y Laguna, que exhiben nubes de gas y polvo con detalles inéditos, y una secuencia que muestra 10 millones de galaxias en una sola captura.
"Su campo de visión es tan amplio que parece una película del cielo nocturno", explicó Sandrine Thomas, científica del proyecto.
Detalle la Nebulosa Trífida y la de la Laguna.
El telescopio comenzará sus operaciones formales en julio y se espera que identifique millones de asteroides durante sus primeros dos años de trabajo, además de descubrir posibles objetos interestelares o fenómenos cósmicos aún desconocidos.
Su capacidad para detectar cambios en el brillo será clave para localizar asteroides potencialmente peligrosos.
Este observatorio honra a Vera Rubin, pionera en el estudio de la materia oscura, y buscará resolver enigmas como la energía oscura, que impulsa la expansión acelerada del universo.
"Veremos miles de millones de galaxias en evolución, algo imposible hasta ahora", destacó Aaron Roodman, físico de Stanford.
Con un espejo de 8,4 metros y tecnología avanzada, Rubin promete transformar nuestra comprensión del cosmos.
"No solo mapeará el universo; lo hará vivir", concluyó Zeljko Ivezic, director del observatorio.