Rusia criticó duramente a Estados Unidos por el reciente ataque aéreo contra instalaciones nucleares en Irán, calificándolo como una violación del derecho internacional y de resoluciones de la ONU. Este ataque Irán suma extraoficialmente a Estados Unidos a la guerra junto a Israel. Al mismo tiempo, Teherán y Moscú fortalecen sus vínculos estratégicos ante el aumento de tensiones en Medio Oriente.
El Ministerio de Asuntos Exteriores ruso expresó su "enérgica condena" a los bombardeos, mientras el vicepresidente del Consejo de Seguridad, Dmitri Medvédev, insinuó que varios países estarían dispuestos a proporcionar armas nucleares a Irán. Aseguró que los daños causados por el ataque fueron mínimos y no detendrán los avances nucleares de Teherán.
En respuesta a los ataques, el ministro iraní de Asuntos Exteriores, Abbas Araghchi, anunció su visita a Moscú para reunirse con el presidente Vladimir Putin. Desde Estambul, Araghchi destacó la relación estratégica entre ambos países y su coordinación en temas clave como la no proliferación nuclear.
En contraste, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, cuestionó el papel de Rusia como defensor del derecho internacional. En una publicación en X, advirtió que Putin corre el mismo destino que los regímenes autoritarios como el iraní y aseguró que la economía rusa se encuentra en declive.
“Rusia quiere seguir en guerra, pero el mundo no debe aflojar la presión”, dijo.
Today, the Russians once again openly and absolutely cynically declared that they are “not in the mood” for a ceasefire. Russia wants to wage war. Even brandishing some threats. This means the pressure the world is applying isn’t hurting them enough yet, or they are trying very… pic.twitter.com/xF9XtXSZUY
— Volodymyr Zelenskyy / Володимир Зеленський (@ZelenskyyUa) June 20, 2025
La postura de Rusia frente a los bombardeos refuerza su imagen como aliado clave de Irán, mientras busca posicionarse como mediador en una región en crisis, a pesar de su aislamiento internacional por la guerra en Ucrania.