El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó un ataque aéreo contra tres de las principales instalaciones nucleares de Irán: Fordo, Natanz e Isfahán, sumando oficialmente a su país a la guerra en Medio Oriente junto a Israel. El bombardeo, calificado por Trump como

“exitoso y espectacular”,

fue ejecutado por aviones militares estadounidenses con bombas especializadas capaces de penetrar estructuras subterráneas.

Desde la Casa Blanca, Trump declaró que el objetivo era desmantelar por completo el programa nuclear iraní, el cual consideró una amenaza directa. También advirtió que cualquier represalia por parte de Irán será respondida con una fuerza mucho mayor.

“Habrá paz o una tragedia para Irán aún más grande que la vista en los últimos días”, afirmó el mandatario.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, agradeció el apoyo de Trump y aseguró que este ataque representa un “punto de inflexión histórico” que podría traer estabilidad a la región.

Por su parte, el gobierno iraní condenó enérgicamente la ofensiva. El ministro de Relaciones Exteriores, Abás Araqchi, advirtió que el ataque tendrá “consecuencias eternas” y afirmó que Irán se reserva el derecho a responder en defensa de su soberanía. Autoridades nucleares iraníes aseguraron que, pese al daño estructural, no se han detectado niveles de radiación ni peligro para la población cercana.

Horas después del bombardeo, Irán lanzó una serie de misiles hacia Jerusalén y Tel Aviv, asegurando haber atacado el aeropuerto Ben-Gurion, lo que marca una peligrosa escalada en el conflicto.

Líderes políticos estadounidenses criticaron la decisión de Trump. El demócrata Hakeem Jeffries señaló que el presidente no consultó al Congreso antes de ordenar el uso de la fuerza militar.

El ataque se produjo antes del plazo de dos semanas que Trump había mencionado para tomar una decisión. Según medios como el New York Times y la BBC, se utilizaron bombas antibúnkeres GBU-57, capaces de penetrar decenas de metros bajo tierra.

El conflicto amenaza con intensificarse rápidamente, mientras la comunidad internacional observa con preocupación la posibilidad de una guerra a gran escala en la región.