Este domingo, el papa León XIV asumió oficialmente su cargo como obispo de Roma al tomar posesión de la basílica de San Juan de Letrán, la catedral de la diócesis romana y sede episcopal del pontífice. La ceremonia marca el cierre de los ritos iniciales de su pontificado, iniciado el pasado 18 de mayo.
León XIV, el primer papa de origen estadounidense y nacionalidad peruana, pertenece a la orden de los Agustinos. Durante su homilía, citó a San Agustín para expresar su entrega al servicio de la Iglesia:
“Ofrezco todo lo poco que tengo y que soy”.
Previo a la ceremonia, el papa visitó el Capitolio, sede del Ayuntamiento de Roma, donde fue recibido por el alcalde Roberto Gualtieri. En un breve acto frente al Campidoglio, Gualtieri destacó el mensaje de paz del pontífice, alineado con sus recientes llamados a frenar los conflictos armados en el mundo.
La misa en San Juan de Letrán comenzó frente al histórico trono del papa León X. Estuvo acompañado por el cardenal vicario de Roma, Baldassare Reina, y representantes del clero, religiosos y fieles de la diócesis. Como parte del rito, se realizó la tradicional promesa de obediencia al nuevo obispo de Roma.
Durante su mensaje, León XIV recordó su misión como “pastor del rebaño de Cristo y siervo de los siervos de Dios”, y retomó palabras del papa Francisco sobre los valores que deben distinguir a la Iglesia: ternura, sacrificio y capacidad de escucha. También evocó a Juan Pablo I, reafirmando su deseo de servir con humildad.
Al finalizar la ceremonia, el papa se dirigió al balcón central de la basílica para impartir su bendición a la ciudad de Roma, siguiendo la tradición.
Después de la celebración en Letrán, el pontífice tenía previsto visitar la basílica de Santa María la Mayor, donde rezaría ante el ícono de María Salus populi romani y rendiría homenaje a su predecesor, el papa Francisco, fallecido el pasado 21 de abril.
Con esta ceremonia concluyen oficialmente los actos de inicio del nuevo pontificado.