El Ejército de Pakistán denunció este miércoles que al menos 26 civiles murieron y 46 resultaron heridos en ataques aéreos realizados por la India durante la madrugada, en respuesta a un atentado ocurrido el 22 de abril en la región india de Cachemira, donde murieron 26 turistas. Nueva Delhi responsabiliza a Islamabad del ataque terrorista.
El portavoz militar paquistaní, teniente general Ahmad Sharif, informó en rueda de prensa que los bombardeos indios impactaron en 24 puntos distintos y afectaron principalmente a civiles y objetivos no militares.
Entre los lugares atacados se encuentran dos mezquitas —una en Muzaffarabad y otra en Muridke— donde fallecieron seis personas. También se reportaron víctimas jóvenes en Kotli, incluyendo una adolescente de 16 años y un joven de 18.
Sharif añadió que uno de los objetivos fue el proyecto hidroeléctrico Neelum Jhelum, lo que calificó como una grave violación del derecho internacional, ya que se trata de infraestructura civil.
Denunció además que la ofensiva aérea se produjo mientras el espacio aéreo de Pakistán estaba siendo utilizado por vuelos comerciales, lo que consideró una acción “temeraria”.
El Consejo de Seguridad Nacional de Pakistán condenó lo ocurrido, calificando los ataques como “actos de guerra deliberados” y afirmó que se reserva el derecho a responder bajo el principio de autodefensa recogido en la Carta de las Naciones Unidas.
Según el comunicado oficial, las Fuerzas Armadas paquistaníes han sido autorizadas a tomar las medidas necesarias en represalia.
Por su parte, el gobierno de India afirmó que la operación —bautizada como “Operación Sindoor”— fue una acción dirigida exclusivamente contra instalaciones terroristas ubicadas en territorio paquistaní y en la Cachemira administrada por Pakistán.
Aseguró que no se alcanzaron objetivos civiles ni infraestructuras estratégicas, y que el objetivo era desmantelar redes responsables de ataques contra India.
En respuesta, Pakistán afirmó haber derribado cinco aviones de combate y un dron indios, elevando aún más la tensión entre ambos países, históricamente enfrentados por el control de Cachemira.