El gabinete de seguridad de Israel aprobó este lunes una ampliación de las operaciones militares en la Franja de Gaza, como parte de un nuevo plan que también contempla un sistema alternativo para permitir el ingreso de ayuda humanitaria tras dos meses de bloqueo total.
La decisión fue respaldada por todos los miembros del gabinete, quienes apoyaron una estrategia militar enfocada en “conquistar Gaza y mantener el control de los territorios”.
El plan, propuesto por el jefe de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), Eyal Zamir, incluye el desplazamiento de la población gazatí hacia el sur y el control estricto de la distribución de ayuda para evitar que Hamás se beneficie de ella.
Una de las novedades es que se permitirá la participación de empresas privadas no israelíes en la gestión de los envíos humanitarios, aunque la entrada de estos insumos seguirá dependiendo de la aprobación del Gobierno israelí.
Esta propuesta no fue apoyada por el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, quien se desmarcó del consenso del gabinete, según medios locales.
El nuevo plan fue presentado como un avance estratégico por el ministro de Comunicaciones, Shlomo Karhi, quien lo calificó como “un paso valiente hacia la victoria total”.
No obstante, también mencionó que la “verdadera solución” llegará solo con el desarrollo completo del llamado “plan migratorio”, término que alude al desplazamiento forzado de civiles palestinos.
Mientras tanto, organizaciones internacionales, incluidas agencias de la ONU y ONG presentes en Gaza, han criticado duramente el nuevo sistema de control de ayuda, alegando que viola principios humanitarios básicos como la imparcialidad, independencia y neutralidad.
En paralelo, el secretario general de la ONU, António Guterres, expresó su profunda preocupación ante la posibilidad de una ofensiva ampliada y una ocupación prolongada por parte de Israel en Gaza.
"Esto provocará inevitablemente un número incontable de civiles muertos más y una mayor destrucción de Gaza", afirmó un portavoz de Guterres, Farhan Haq, reiterando el llamado a un alto el fuego inmediato, así como a la liberación incondicional de todos los rehenes, en respuesta a una pregunta durante una rueda de prensa celebrada en Nueva York.
Desde mediados de marzo, Israel rompió unilateralmente el alto el fuego con Hamás, lo que reactivó su ofensiva militar y un bloqueo que ha agravado la crisis humanitaria.
El conflicto revive viejas heridas como la Nakba de 1948, cuando cerca de 700.000 palestinos fueron desplazados tras la creación del Estado de Israel, una tragedia cuyos efectos aún perduran en las generaciones actuales.