Son muchos, demasiados diríamos nosotros, los actores priistas que han levantado la mano y que se dicen portadores de las características que está buscando la sociedad, para que bajo el cobijo del PRI puedan consolidar el sueño de recuperar la gubernatura de Morelos. Por supuesto que solo uno llegará, pero en ese andar, además de las múltiples negociaciones que ubicarán a los actores, conforme a intereses, recomendaciones, influencias, fuerza, poder, representación, talento, inteligencia, carisma, se conocerá la fuerza real –la de la conquista del voto-- que cada uno representa.

Manuel Martínez Garrigós, Amado Orihuela Trejo, Jorge Morales Barud, Samuel Palma César y Ariosto Genel son hasta el momento algunas de las expresiones que se han hecho presentes para participar en la carrera rumbo a una candidatura deseada por ese instituto. Hay de todo, como en botica: desde los de la experiencia en contraste a los del arranque en la vida pública, desde los que ya se habían ido y los que siempre han estado, desde los de conferencia y reuniones en salón con aire acondicionado hasta los de la caminata y camiseta sudada.

También están los procedentes del sector social y los políticos de viejo cuño. Están aquellos que visten la camisa, playera, corbata, chamarra y hasta los “chones” de color rojo, siempre y cuando tengan el bordado que garantice alto precio, moda y sectorización social y aquéllos que, más mesurados y menos inmersos en las corrientes “fashion”, cumplen con el requisito del color, aunque sea deslavado.

Están los émulos de Peña Nieto, los que presumen cercanía con Manlio Fabio, también quienes advierten la amistad de ambos. Fotografías por doquier dan cuenta de la cercanía o de la oportunidad. Lo mismo en reuniones partidistas que en alguna boda, un saludo banquetero o la coincidencia en el recinto de trabajo, también son vistas en la internet.

La caballeriza priista está llena y no está por demás asegurar que bien comida; hace mucho que para la carrera no tenían tantos ejemplares. Decir que son Pura Sangre, sería tal vez demasiado, pero tienen suficiencia para decidir sobre el mejor.

Ésa es la más grave dificultad. En Morelos puede imponerse al equino más joven o al más corrido, al más musculoso o al que sabe de estrategia, al de buena apariencia o al que impone respeto, al más entrenado o al más dócil, a la hembra o al macho. Pero la forma y el factor de decisión es lo que en su momento será determinante en la pista.

Tremendo reto porque además debe valorarse a los que competirán en la final. En los carriles de Acción Nacional, del de la Revolución Democrática, de la izquierda unificada, habrá unidades que también habrán pasado por un proceso de depuración y selección que abonará o restará en su desempeño.

Tal como es, en las carreras ecuestres hay momios y se otorgan preferencias para las apuestas; “la chica” no es común pero como en todo puede presentarse. Por ellos es de la mayor trascendencia llegar con el caballo más apropiado y además con menos desgaste.

En Guerrero –nos recuerda el entrevistado-- la diferencia porcentual superaba, antes de la contienda y de la selección de candidato, más del 10% del PRI sobre el PRD. Los resultados finales que lanzaron a la gubernatura al candidato natural del PRI, Ángel Aguirre Rivero, ante la imposición del presidente municipal de Acapulco, Manuel Añorve Baños, generaron una derrota dolorosa a los tricolores, que en igualdad de errores fueron abatidos en Sinaloa y Puebla.

Está por venir Humberto Moreira. La carencia de liderazgo priista en Morelos, acrecentada por el doble papel del dirigente tricolor, Amado Orihuela, al ser precandidato, tiene que ser resarcida por la representación nacional en la que está puesta toda la esperanza del regreso a Los Pinos. Para los priistas morelenses, la aspiración, por lo pronto, está limitada en Casa Morelos y en Palacio de Gobierno, pero ése es el inicio.

Falta ver quiénes más se suman a la aspiración. Hay más nombres claro, pero hasta el momento no se han abierto en su aspiración; el pretexto son los mensajes o informes como diputados.

De aquí a diciembre habrá definiciones. ¡Vaya fin de año para las huestes tricolores!