*El legislador propuso armonizar legislación local con la federal y contar con sanciones proporcionales a la gravedad de las conductas de maltrato animal*
El diputado Luis Eduardo Pedrero González presentó iniciativa para garantizar que Morelos cuente con sanciones proporcionales a la gravedad de las conductas de maltrato animal, mediante el fortalecimiento del marco normativo estatal, alineándolo con las disposiciones federales y con el creciente rechazo a estas acciones de crueldad que pueden impactar negativamente el desarrollo infantil.
Expuso que las evidencias científicas demuestran que la violencia hacia los animales está estrechamente relacionada con la violencia interpersonal en la adultez, lo que convierte este fenómeno en un problema de seguridad pública y de salud mental, y para romper este ciclo es imperativo adoptar medidas legislativas que sancionen el maltrato animal de manera efectiva, así como promover programas de educación que sensibilicen a la población sobre la importancia del respeto y la empatía.
Al exponer su propuesta ante el Pleno durante la pasada sesión ordinaria, señaló que consiste en adicionar “un tercer párrafo al artículo 327 del Código Penal para el Estado de Morelos y forma parte de una serie de acciones urgentes y necesarias para la protección del medio ambiente, que estoy apuntalando desde la fracción parlamentaria del Partido Verde Ecologista de México en la LVI Legislatura del Congreso del estado de Morelos”.
El presidente de la Comisión de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Agua, dijo que Morelos ha quedado rezagado en la protección de los animales. La falta de medidas adecuadas para sancionar prácticas de crueldad, como, por ejemplo, pero no el único: las peleas de perros, pone en evidencia un incumplimiento del mandato constitucional de garantizar el bienestar y la seguridad de los seres vivos en su territorio.
Pedrero González destacó que su iniciativa contribuiría a desincentivar la organización de peleas de perros y cualquier forma de violencia similar en la entidad, lo que resulta importante si se toma en cuenta que “diversas investigaciones han señalado que los niños que presencian o participan en actos de crueldad hacia los animales tienen una mayor propensión a desarrollar conductas agresivas en la adolescencia y la adultez”.
En ese contexto, las peleas de perros no son sólo un problema de bienestar animal y es importante analizar el impacto en los menores que forman parte de los centros de población que concentran a la mayoría de la población infantil y adolescente, donde un menor que ha sido testigo de maltrato animal dentro de su comunidad, ya sea en peleas de perros o en actos de crueldad cotidiana, puede trasladar ese comportamiento a su escuela, parques o áreas recreativas, perpetuando la violencia dentro del tejido social.