Seguramente en el mismo esquema de romperles su proyecto están otros ediles representativos, de capitales como Guadalajara, o ciudades importantes del tamaño de Zapopan, Aguascalientes, Guanajuato, que concurren en la misma elección que la federal. Sin embargo, no ha sido así. El joven ex presidente –ya sin fuero para ser claros y puesto a las órdenes de quienes gusten-- ha demostrado ser un guerrero al límite de la adrenalina, pero a partir de lo que es, tiene que dar la mejor batalla de su vida, donde la inteligencia y lo aprendido apresuradamente metido al final del callejón esquivando golpes mortíferos, lo saquen adelante.

Un dicho bien aplicado es “palo dado ni Dios lo quita”. Fue el tercer palazo que Denisse Maerker atiza a Martínez Garrigós y esta ocasión los avisos previos en el noticiero estelar con el veterano López Dóriga y la repetición con el hijo de Rafael, Carlos Loret de Mola, enseñan el tamaño de la operación y los factores incidentes, ya políticos, ya oficinas de Los Pinos (Estrategia en Imagen de Rafael Giménez Valdés), ya legisladores sin base aquí pero con relaciones allá. Todo un aparato, repetimos. El medio cuando hace un trabajo armado y lleva un porcentaje alto de argumentos, elimina cualquier cuestionamiento. Que los personajes ahí señalados, el mismo protagonista Manuel Martínez, esgriman lo que deban en el terreno de la ley, sobre todo, y que se haga lo que la misma ley indique.

Obviamente que la intención es eliminar completamente a Garrigós de la contienda Morelos, pero paralelamente caminan los tiempos internos de su partido. Coincidentemente el endurecimiento del aparato del poder contra el ex presidente de Cuernavaca sucede la víspera de la última encuesta, la presuntamente definitiva. Las dos anteriores las ganó ampliamente; ésta podría ser igual. ¿Y qué viene? Los estatutos de los partidos no pueden regirse por una agenda mediática que, obviamente, podría sufrir modificaciones en casos extremos. Un cambio sería la decisión de los delegados, porque la nominación a gobernador está a la vuelta de la esquina, y estructuralmente los únicos que cuentan con ello son Martínez y Amado Orihuela Trejo, en la realidad de los hechos. Entre ambos tienen, cuando al menos, el 80 por ciento del padrón. ¿Es simple? Nunca. El inicio de los trabajos periodísticos en un espacio televisivo no se va a detener, han almacenado información que los políticos llaman misiles o balas. Pero el político-político tiene que sacar lo mejor de su repertorio, dejar claro que es un proyecto que va más allá de él, que la construcción de una base social como pocos han logrado en los últimos años, nada saben o poco les interesa lo que diga la guapa Denisse o lo que recomienden desde Los Pinos o las cortesías que a la corte del poder lleva un legislador. La gente que se aglutina en torno a Martínez Garrigós en su mayoría ni siquiera lo ha saludado; ha optado por él por la congruencia, como eliminar tratos leoninos con otro poder, porque simplemente le cae bien. O por ser un político trabajador de 24 horas, sin horario ni fecha en el calendario.

Que hay funcionarios, contratistas o el propio Manuel que cometieron un error o abusaron, van a responder como tenga que ser. Hay instancias legales que suplen desde una embestida mediática hasta los qué dirán. En el camino pegado está la política. El nieto del ingeniero Gustavo Martínez Lacarra ha dado vueltas a la entidad comprometiéndose; injusto que regrese para decirles que “ya me rajé” o más grave: “ya me bajaron”.

La política es un arte complicado; en boca de Juan Salgado Brito escuchamos hace años que era “la necesidad de tragar mie… sin hacer gestos”. Los tiempos han cambiado naturalmente, pero las decisiones unilaterales, dictatoriales, los acuerdos cupulares donde podría no estar ajeno el PRI nacional o quien lo manda con el aparato oficial del poder que puso a MMG en su mira hace rato, van a encontrarse con resistencias naturales las más, particulares otras, porque si bien Morelos ha dejado de existir históricamente para el PRI nacional y han dejado a su militancia a la deriva, esta vez difícilmente, con sumisión y una reverencia, van a permitir cualquier imposición. Quiénes están en posibilidad de ganar la elección. Hay algunos o algunos inelegibles por razones legales (por ello es importante que los juristas argumenten, determinen y los venzan en sus juzgados el caso ventilado en el programa de televisión), y que la política de un partido que con o sin Manuel Martínez Garrigós va a ganar la elección de gobernador, valore con cuáles de sus otros cuadros corre más riesgos.

¿Por qué el plan aparato de poder encima de MMG desde hace más de un año? Él con otros priistas que recuperaron capitales importantes debía estar entretenido porque hacía contrapeso a los gobernadores panistas. Aquí tampoco son ajenos los locales del poder, y los priistas que van a gobernar –el que sea-- solamente que tomen nota de qué herramientas y a cuántos recursos accedían cada que había que “tirar a matar al blanco”.

Y que sea claro: hay responsables de las acusaciones por el momento mediáticas y seguramente legales pronto. Que respondan. ¿Está Martínez Garrigós en esa condición? Que responda y se defienda. Que es el activo mayor del priismo en Morelos. Indiscutible. Que el CEN del PRI, Enrique Peña Nieto lo tienen en su escritorio como prioridad, es lo natural. Lo único que no van a permitir aquí los militantes del tricolor es que envíen una especie de virrey sólo porque “soy amigo de Enrique”. Ahí sí, imposible. El casi candidato a la presidencia tiene que respetar a los morelenses de su partido.

Hoy más que nunca se aplica una de las máximas del gran don Arturo “Cuyo” Hernández: “A tirar golpes porque (el aparato de poder desea con vehemencia: agregado del que escribe entre paréntesis por respeto al insigne manager) paran la pelea”.