El invierno y el inicio de la primavera traen consigo bellas postales navideñas, convivencia familiar y también enfermedades frecuentes en esta época, como las infecciones de garganta, especialmente entre los menores en edad escolar.

Esta afección consiste en la inflamación de la orofaringe, que incluye la faringe, amígdalas y la pared posterior de la garganta, y puede originarse por virus, bacterias o algún agente irritante. Los niños de entre cinco y 15 años son los más afectados, aunque los cambios bruscos de temperatura también favorecen su aparición. Personas con alergias, pequeños en guarderías y adultos mayores también se consideran vulnerables.
Los síntomas más comunes incluyen dolor al tragar, fiebre, tos, dolor de cabeza y cansancio. Cuando la causa es viral, los síntomas suelen ser más leves y la mejoría ocurre entre el tercer y quinto día.

Para prevenir la enfermedad, se recomienda lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón, cubrirse la boca y nariz al toser o estornudar, evitar el contacto con personas enfermas y no compartir utensilios personales. Además, es importante mantener una alimentación balanceada rica en frutas y verduras, que favorezcan el sistema inmunológico, y asegurar que los menores consuman suficientes líquidos.
