La Navidad es sinónimo de reuniones, tradiciones y mesas repletas de platillos típicos como pavo, romeritos, bacalao, ensalada de manzana, lomo adobado, pierna ahumada, pastas y ponche. Aunque disfrutar de estos alimentos forma parte de la celebración, es importante cuidar las porciones para evitar malestares.

Durante las fiestas decembrinas, los excesos suelen pasar factura al organismo. Por ello, especialistas recomiendan prestar atención a lo que se consume y optar por un equilibrio que permita disfrutar sin remordimientos ni afectaciones a la salud.

De acuerdo con la empresa española de conservas Calvo y la dietista-nutricionista Adhara Giner, portavoz del Colegio de Dietistas Nutricionistas de Cataluña, algunos productos deben ingerirse con moderación para prevenir problemas digestivos, aumento de peso y otros desajustes.

Entre los principales se encuentran los refrescos y jugos envasados, ya que contienen grandes cantidades de azúcares añadidos y calorías sin valor nutricional. Como alternativa, sugieren elegir agua natural, agua mineral con frutas o infusiones sin azúcar.

Los dulces típicos también requieren control, debido a su alto contenido de azúcar, que puede provocar picos de energía seguidos de cansancio. Para satisfacer el antojo, se recomienda optar por frutas frescas, dátiles, frutos secos o postres caseros con yogur.

El consumo de alcohol es otro punto a vigilar, pues en exceso puede generar deshidratación, afectar el hígado y alterar la calidad del sueño, además de provocar resaca.

La bollería industrial y los alimentos con alto contenido de grasas, tanto vegetales como animales, tampoco deben abusarse. Estos productos suelen aportar grasas saturadas y trans, que incrementan la ingesta calórica, favorecen el aumento de peso y grasa corporal si se consumen en grandes cantidades.